Acaba de revalidar, por tercera vez, su cargo como secretario general del PSOE en la provincia de Badajoz tras enfrentarse en las primarias al alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna. De los 4.104 votos emitidos el domingo, 3.081 fueron para Rafael Lemus Rubiales (75%).

-¿Cómo se siente? ¿Esperaba una victoria tan holgada?

-Me impuse no hacer cábalas pero sabíamos que la campaña estaba tomando muy buen color y recibíamos muchos apoyos, no solo de los secretarios generales, sino de la militancia. Veíamos que en las redes sociales, que son un termómetro, había mucha movilización con nuestra candidatura y sabíamos que podíamos obtener una victoria clara, aunque no con tanta diferencia.

-En las anteriores, contra Ramón Díaz Farias, la diferencia fue mucho menor.

-Efectivamente. En las anteriores sí había una convulsión. Eran primarias que tenían sentido porque hubo un cambio a nivel nacional, las primarias de Pedro Sánchez y Susana Díaz, y a nivel regional también, porque Guillermo Fernández Vara tuvo dos oponentes. En estas, en cambio, al cogernos con el pie cambiado, no sabíamos cuáles iban a ser las cifras. Sí sabíamos que estábamos con el apoyo mayoritario de los secretarios generales y se ha demostrado un hecho: la militancia y los cuadros orgánicos del Partido Socialista siempre cogen el mismo camino. No van por distinto lado, al menos en la provincia de Badajoz, donde no se refleja una rebeldía de la militancia respecto a sus cuadros.

-En el resultado habrá influido el apoyo explícito de Díaz Farias.

-Absolutamente. Más que cuantitativo, sobre todo cualitativo. Ramón estos años ha representado una sensibilidad alternativa a la mía en la provincia y que hayamos confluido en una misma candidatura ha aportado muchos más apoyos.

-Parece no tener rival.

-No lo ve así, no lo personalizo. Es verdad que el trabajo en una ejecutiva provincial es más sombrío. Somos pastor de pastores y no tenemos proyección pública como en otros puestos. En el PSOE de Badajoz existe una bicefalia porque por un lado está la presidencia de la diputación y por otro la secretaría provincial, a diferencia de otros territorios. Se decidió a principios de los 80 y ha ido muy bien. Ver recompensado el trabajo da satisfacción. Pero no lo veo en términos de que nadie pueda conmigo sino que la gente valora el trabajo bien hecho.

-¿Si algo funciona es mejor no cambiarlo?

-Si por algo el PSOE lleva tantos años gobernando en Extremadura y en tantos municipios es porque es muy pragmático y sabe perfectamente qué le interesa y cuándo. Ese pragmatismo que aplicamos en las elecciones y proyectamos a la ciudadanía, internamente se traduce de la misma manera y es lo que nos ha diferenciado de otros partidos de izquierdas. Hemos obtenido grandes resultados en las últimas elecciones y la gente ha entendido que no había que hacer cambios.

-¿Para qué han servido estas primarias?

-Han servido para reencontrarnos y volver a vernos en las agrupaciones. Era un debate con unos matices muy limitados. Antonio y yo podíamos confrontar en algunas cuestiones, pero éramos ramas de un mismo tronco. No ha habido un debate ideológico de grandes matices diferenciados.

-¿Va a incluir a Rodríguez Osuna y a su equipo en su ejecutiva?

-En un principio contaré con Mérida. Su agrupación es importante y no voy a dejarla fuera de la ejecutiva provincial y creo que Guillermo (Fernández Vara) hará lo propio en la ejecutiva regional. Antonio es un buen alcalde, que obtuvo grandes resultados, y no vamos a tomar ningún tipo de medida. Todo lo contrario. Vamos a insistir en dar cobertura al alcalde y a sus concejales. La ejecutiva todavía no la he pensado. Hace un mes tenía el planteamiento creyendo que no habría primarias y después de esto lo tengo trastocado. Es verdad que con tanta diferencia y tanta mayoría el compromiso y la responsabilidad es mayor, porque querer integrar a todo el mundo no es fácil.

-Rodríguez Osuna ya anunció que no volverá a presentarse a las elecciones municipales y el PSOE le pidió que repitiese. ¿Van a seguir insistiéndole?

-Para nosotros la mejora opción para las elecciones municipales en Mérida sigue siendo Antonio Rodríguez Osuna. En su momento, cuando me trasladó la voluntad de no repetir por motivos personales, respeté la decisión pero le dije que se lo pensara. Para nosotros no había mejor opción. Espero que lo reflexione. Lo apoyaríamos con todas nuestras fuerzas para que vuelva a serlo.

-¿Cómo valora el posicionamiento de la portavoz de la Junta, Isabel Gil Rosiña?

-No tengo que ser yo el que lo valore sino el presidente de la Junta de Extremadura, pues para eso es miembro de su Consejo de Gobierno. En ningún momento durante la campaña he hecho comentarios. Es militante del PSOE y tiene total libertad para apoyar una u otra candidatura. Sí me consta que al presidente no le hizo mucha gracia tal ejercicio. Pero eso lo tienen que resolver ellos y no voy a entrar en esa dinámica.

-¿Tendrá alguna consecuencia?

-No lo sé. No he hablado con el presidente y no sé qué puede ocurrir. No es algo que me preocupe. Son mis terceras primarias y suelo ser muy comprensivo e integrador. Prueba de ello es que Ramón ha venido conmigo en esta campaña. No soy de tomar represalias ni creo que se deban tomar. Isabel no es miembro de mi equipo ni de ninguna institución de la que yo esté al frente y debe ser el presidente de la Junta el que analice la situación.

-¿No ha hablado con Fernández Vara?

-Sí, pero con el presidente de la Junta nunca he hablado del Consejo de Gobierno. Es una regla no escrita en el PSOE darle total libertad para nombrar y para cesar. No seré yo quien hable sobre qué tiene que hacer el presidente.

-Es su tercera reelección y la última según los estatutos. ¿Después qué va a hacer?

-No lo sé (ríe), no tengo ni idea. Tampoco me da ningún vértigo. Tengo ganas de disfrutar de la vida y de no estar todo el día metido en batallas, que no es poco. Son además mis últimas primarias. Están bien cuando las ganas, pero desgastan mucho.

-Desgastan a los candidatos y ¿desgastan al partido?

-No, para nada. Desgastarían al partido si una vez que pasan no hubiese unidad. En este partido hemos pasado por mil y una batallas internas. Lo importante es que cuando se pasa un proceso, el que gana no mete el dedo en el ojo del que pierde y el que pierde no se dedica a zancadillear al que gana.