La cercanía y el silencio. Eso es lo que más le gusta a Pedro Ampuero de la caza con arco, una disciplina en la que él es experto. De hecho, es considerado uno de los mejores del mundo en ese aspecto. Su familia es la protagonista de ‘Vuelta a la esencia’, la gran colección cinegética que este año se puede ver en Ifeba en el marco de la trigésima edición de la Feria de la Caza, la Pesca y la Naturaleza (Feciex).

Allí se muestra su trayectoria y la de su padre. Este último, José Domingo, fue quien le despertó el interés por esta actividad, aunque no por el arco, ya que un accidente que sufrió en el Polo Norte mientras cazaba, precisamente, le generó secuelas que le impiden poder manejar bien esta herramienta.

Fue su mejor compañero de aventuras quien le introdujo en el mundo de los arqueros a los 14 años. Ahora, con 34, Ampuero vive por y para ello, literal y metafóricamente, y es que, además de ser su pasión, también es su profesión. Pedro es ingeniero industrial, pero dejó esta área para dedicarse, junto a su mujer Victoria Albizuri, a la creación de contenidos audiovisuales.

También da cursos online a aquellas personas interesadas en iniciarse en esta modalidad. «Está en auge, sobre todo entre la gente joven, porque lo que buscan son experiencias y vivencias más que animales», cuenta. Tiene lógica, ya que la caza del animal es algo secundario en este caso, al menos para él: «Valoras más el acercamiento, la entrada, la naturaleza... No menosprecio otras armas, porque yo combino todo, pero como con el arco no hay detonación, no rompes la magia del bosque».

Además, al ser una disciplina tan complicada, «se mata poco». Por eso entrena con dianas «día sí y día no», para controlar el arma con el fin de llevar a cabo una caza «ética»: «La gente que desconoce piensa que dejas una banderilla en los animales hasta que se desangran y sufren mucho, pero la flecha de los arcos modernos les traspasan completamente. Como es un corte muy limpio y no hay detonación, no se produce ningún tipo de estrés porque el animal no sabe lo que ha pasado. En pocos segundos se muere. Es una forma de cazar muy responsable, pero hay que saber dominar el arco», explica, y él lo hace.