El enrejado que durante casi ochenta años ha enmarcado el altar cerámico de la Virgen de la Amargura en la fachada del convento de las Descalzas de Badajoz ya no está, como querían las hermanas y los responsables de la obra que pretende devolver la fachada a su estado original del siglo XVII. El ayuntamiento hizo público el miércoles su conclusión sobre la ausencia de valor patrimonial tanto de la reja como del tejadillo que cubría el mismo altar, y que ya había sido demolido cuando estalló la polémica. Pocas horas han bastado para que la reja desaparezca del lugar donde lo colocó la cofradía, aunque el arquitecto, Francisco Hipólito, se ha ofrecido a diseñar un oratorio para reutilizarla en otro lugar.

Así era la reja que estaba colocada en la fachada de las Descalzas. S. GARCÍA

Patrimonio paralizó a principios de mayo la obra de restauración de la fachada tras el comunicado de 13 cofradías que se oponían a la eliminación del tejadillo y de la reja por su «gran valor patrimonial». La obra se reanudó tres semanas después pero solo la pintura, a la espera de que el ayuntamiento se pronunciase, pues Patrimonio entendió que la eliminación de estos elementos era una obra nueva que no figuraba en el proyecto. Los dos altares cerámicos sí se mantienen porque está acreditada la autoría de Pedro Navia, un reconocido alfarero. La formación Badajoz Adelante (BA) calificó ayer lo ocurrido de «atentado» y criticó que, por el contrario, se hayan dejado elementos como los azulejos de la torre, colocados en 1993, letreros y otros elementos actuales y la reja instalada en 2006 en la puerta de salida de los pasos.