Los observadores del río Guadiana a su paso de Badajoz habrán podido ver a operarios cubriendo parte de las orillas con una manta de color pardo. Se trata de un ensayo que está poniendo en marcha la Junta de Extremadura para intentar atajar la presencia de nenúfar mejicano, que ya se probó en dos espacios del parque de Monfragüe con resultados positivos, aunque contra otra especie vegetal no autóctona, la cola de zorro (myriophylium aquatiqum). Son mantas de material vegetal, de fibra de coco y de yuca, con las que se cubrirán 1.500 metros cuadrados, según explicó ayer la directora del Programa de Conservación, María Jesús Palacios.

La superficie invadida por el nenúfar es muy superior, pues abarca varios kilómetros, pero hay que tener presente que es un ensayo y que, si funciona, puede ser una solución rápida en los lugares que se disfrutan para el ocio y la práctica deportiva y sería compatible con otras actuaciones, como el dragado que se plantea la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG)

Las mantas van ancladas al lecho del río con una profundidad de hasta metro y medio. Si da resultado, se podrá aplicar esta metodología en todas las orillas donde se puedan anclar. Palacios recuerda que mientras el camalote son masas sueltas de plantas que navegan por el río porque no están enraizadas, el problema del nenúfar es que tiene un tallo que se afianza en los lodos del fondo y por eso no se puede eliminar segándolo, sino que hay que cortarlo de raíz. De ahí que solo quepan dos opciones: arrancar la raíz o tapar la planta durante un periodo de tiempo prolongado para no dejar entrar la luz del sol, impidiendo la fotosíntesis y así acabará pudriéndose. En el ensayo de Monfragüe se desarrolló en una charca y un arroyo, espacios de agua de menor envergadura que se pudieron tapar por completo. Aun así al año siguiente el myriophylium rebrotó, pero volvieron a utilizar mantas y se consiguió erradicar.

Con el nenúfar mejicano es el primer ensayo que se realiza de estas características y además en un río tan ancho como el Guadiana en este tramo, que estará recibiendo constantemente semillas desde otros lados. La Junta considera que puede ser una alternativa con otras actuaciones donde no se pueda eliminar la capa de agua para proteger a otras especies. Además tratarán de recuperar las orillas con especies autóctonas.

El seguimiento será semanal para ver la evolución y en dos meses podrá haber resultados fiables

Ahora se está intentando ver otro sistema que permita anclar a mayor profundidad para poder ocupar una banda más ancha del río. Si se encuentra, se podría ampliar la superficie en la que actuar. El anclaje está formado por barras de hierro que conforman una estructura a modo de malla sobre la que se disponen las mantas. Asimismo se coloca una barrera de seguridad y se baliza para alertar de su presencia. «Hemos adoptado todas las medidas de seguridad», asegura la directora del Programa de Conservación. Aclara además que el anclaje no impide el paso de lo peces. La idea sería colocarla por fases para que las distintas especies pudiesen seguir desplazándose de un lado a otro. 

Antes de poner las mantas, se ha cosechado la parte aérea del nenúfar, para colocarlas en la franja de agua donde ya está empezando a salir de nuevo. La parte que ha quedado de la planta es la que no deberá crecer si el ensayo funciona. El seguimiento será semanal, para conocer la evolución y entienden que al cabo de dos meses ya habrá algún resultado fiable. «Creemos que a finales de octubre o primeros de noviembre deberíamos tener los primeros resultados porque el nenúfar mejicano tiene una capacidad de regeneración muy rápida». Pero sobre todo se verá en la próxima primavera, que es cuando más proliferan, como todas las plantas.

Trabajos en la orilla para colocar la manta vegetal. S. GARCÍA