La comunidad educativa del instituto San Fernando de Badajoz tendrá que esperar a octubre para ver cómo se inician las obras de ampliación del centro para, después de casi 20 años de espera y reivindicaciones, poder agrupar a sus 1.100 alumnos en un único edificio. Aunque inicialmente estaba previsto que los trabajos comenzaran el pasado mes de agosto, la demora en los trámites para la adjudicación de la dirección de obras han obligado a retrasarlos un par de meses, según confirmaron fuentes de la Consejería de Educación. 

Será la empresa Magenta la que lleve a cabo la construcción del nuevo aulario y el gimnasio, con una inversión de 1.982.000 euros y un plazo de ejecución de 20 meses, por lo que, si no surgen imprevistos, estarán acabados en junio del 2023. Ahora los alumnos de primero y segundo de la ESO reciben sus clases en el antiguo colegio Juan Vázquez, a unos 500 metros del edificio principal del instituto, a donde acuden el resto de estudiantes. La obra de ampliación no solo permitirá reagrupar a todo el alumnado en las mismas instalaciones, sino que, una vez se produzca el traslado, el inmueble que quede libre se convertirá en el quinto colegio de Infantil y Primaria de San Fernando, lo que contribuirá a descongestionar el resto de centros de esta zona (especialmente el Juan Vázquez, que es el que más demanda tiene). Para las obras de adecuación de este último, Educación ya tiene reservada una partida inicial de 800.000 euros. 

Dada la «envergadura» de la obra que se llevará a cabo en el instituto San Fernando, el Servicio de Obras de la consejería, la empresa constructora, la dirección de la obra y la del propio centro consensuarán su desarrollo, para que interfiera «lo menos posible» en la actividad diaria del centro, aunque «inevitablemente se dejará notar». Algunos padres han mostrado su temor a que los trabajos puedan interrumpir el ritmo de las clases, sobre todo ahora que las ventanas deben permanecer abiertas como medida frente a la covid-19. Educación insiste en que se garantizará el correcto funcionamiento del centro, compatibilizándolo con las obras y pide «comprensión» a las familias. 

La actuación, que sigue un proyecto redactado por el estudio de Arquitectura Simbiosis, contempla la construcción de un edificio de nueva planta de uso docente, con ocho aulas de ESO (con capacidad para 30 alumnos cada una) y otras 4 de desdoble, en un bloque de tres alturas (la planta baja se liberará casi por completo, para utilizarse a modo de porche). 

También se hará un nuevo gimnasio, y el actual se convertirse en biblioteca. A su vez, el espacio que ocupa actualmente esta última se transformará en la secretaría y, además, se recuperará el salón de actos del instituto, que en estos momentos se usa como aula de informática. 

Se construirán por tanto dos piezas, una para las aulas y otra para el gimnasio, que se dispondrán en forma de L para generar un patio interior entre los edificios, que funcionará como organizador de todo el conjunto. Como se levantarán junto a edificaciones que ya existen, en las nuevas, para mantener la armonía con las antiguas, se va a imitar la volumetría y el acabado de ladrillo visto. No obstante, se incorporarán algunas características propias para que se distingan levemente.

Recreación de cómo quedará el centro educativo tras la ampliación. LA CRÓNICA

La división en dos edificios del alumnado del instituto San Fernando fue una medida que se adoptó de manera provisional para dar respuesta a la demanda pese a las limitaciones de espacio del centro, aunque se ha prolongado cerca de dos décadas. Esta circunstancia ha hecho que durante este tiempo se hayan tenido que afrontar muchos inconvenientes a diario, pues los profesores se tienen que trasladar de unas instalaciones a otras para impartir sus clases, lo que conlleva una pérdida de tiempo lectivo, además se necesita un mayor número de docentes de guardia. También implica que los alumnos que estudian en el anexo tenga que desplazarse al edificio principal para algunas actividades comunes a todos los cursos, así como que la provisionalidad de estas instalaciones hace que carezcan de laboratorios o gimnasio en condiciones, según han denunciado durante años profesores y familias. Para todos ellos, estas obras son imprescindibles para mejorar la calidad de la enseñanza de uno de los institutos de referencia y con más demanda de la ciudad.