Se conocieron en Barranquilla (Colombia) y tras ganarse la confianza de su víctima, con la promesa fingida de darle un trabajo, la convenció para viajar a España con gastos pagados. Una vez llegaron a Badajoz, la obligó a prostituirse para saldar su ‘deuda’. Por estos hechos, ocurridos a principios del 2018, se sentará en el banquillo de la Audiencia Provincial a finales de este mes una ciudadana colombiana, acusada de trata de personas con fines de explotación sexual e inducir a la prostitución a una compatriota. La fiscalía solicita para ella una pena de 11 años y medio de cárcel.

Según el escrito del ministerio público, la inculpada, una vez que la víctima aceptó la oferta de trasladarse desde Colombia a España,  se encargó de gestionar y pagar el billete de avión de ambas, el seguro de viaje, así como el hotel que reservaron en Madrid. Además, le  proporcionó ropa y calzado, dos cadenas de oro y le dio indicaciones de cómo actuar en los controles aduaneros, que no pasaron juntas, con el objetivo de aparentar ser una turista. El valor de estos gastos fue de 1.440 euros.

Una vez en el aeropuerto, aguardaron durante 3 horas la llegada de otra compatriota que llegaba en un vuelo posterior, a la que también había pagado el billete, aunque cuando llegó al control fronterizo y fue interrogada por las autoridades policiales, se le denegó el paso y fue deportada a Colombia.

Estando aún en el aeropuerto, la procesada quitó a la víctima los objetos, joyas y dinero que le había dado. Ambas, «siempre» bajo el control de la primera, se desplazaron posteriormente a Badajoz, en concreto a un piso en la calle Fuerte, donde la acusada comunicó a su compatriota que para devolverle la «deuda» que había contraído con ella tendría que ejercer la prostitución. 

Fotografías e internet

Con este fin, le realizó un reportaje fotográfico en el que se mostraba a la perjudicada semidesnuda, que fue expuesto como reclamo en una página de contactos sexuales en internet, ofreciendo sus servicios con el seudónimo de Luna y con un número de teléfono móvil para solicitarlos, cuyo terminal estaba en manos de la inculpada.

Esta última controlaba las llamadas de los clientes, citas, tarifas y pagos, «que anotaba en una libreta», quedándose con la mitad de esas cantidades y con la otra mitad alegando que correspondían al pago de la deuda y la manutención. La víctima, que no obtuvo ninguna retribución, logró escapar en un descuido de la procesada y con la ayuda de un cliente, que le facilitó dinero. Viajó a Madrid en autobús y denunció los hechos en la comisaría del aeropuerto el 28 de enero, tres días después de su llegada a España.

La defensa, por su parte, niega la veracidad de los hechos denunciados por la víctima y que, por tanto, exista delito algunos, por lo que solicita la absolución de su clienta

A la acusada también se le imputa otro delito por simular una relación con otra ciudadana española para, a cambio de la entrega periódica de dinero, inscribirse como pareja de hecho y obtener así el permiso de residencia en España. Esta autorización se le concedió en el 2017 y fue revocada por la Delegación del Gobierno en el 2019 al estimar que existía fraude de ley.