"Algo se podría y se debería hacer». Es lo que opina el murguero Juanma Martín, respecto a la posibilidad de celebrar el Carnaval en la edición de 2022. Se suspendió la de 2021 y los colectivos que empujan la fiesta llevan año y medio parados, lo que ha provocado que ya haya participantes que se estén desanimando. La situación sanitaria actual no permite ser muy optimistas y los representantes de comparsas, murgas y artefactos saben que el próxima Carnaval no podrá celebrarse como antes de la pandemia, porque aún no se dan las garantías sanitarias, pero al mismo tiempo creen que puede organizarse alguna actividad alternativa que cuadre con las medidas de prevención frente al contagio.

Desde la Federación de Asociaciones del Carnaval Pacense (Falcap), su presidenta, Alexia Sánchez, recuerda que ya para el 2021 propusieron al ayuntamiento un programa de actividades que se podían celebrar adaptadas a la situación sanitaria. De cara a la próxima edición, reclaman «algo seguro», porque consideran que la situación ha mejorado respecto a este año, aunque siga siendo preocupante. Apunta que en 2020 fue tras el verano cuando decidieron no empezar a preparar el Carnaval porque sabían que «era inviable». Las circunstancias no son las mismas un año después «y tenemos la sensación de que Carnaval puede haber», si bien sabe que no con la normalidad anterior «pero sí un Carnaval alternativo» con «actividades atrayentes», tanto para el público como para los colectivos, porque sacar un grupo adelante requiere una inversión cuantiosa. Serían actividades controladas, como se están celebrando conciertos. Así, Alexia Sánchez propone que si no se puede organizar un desfile, se prepare una «pasarela» con gradas «en condiciones». Apunta además que estas nuevas ideas podrían incorporarse en las ediciones siguientes.

La presidenta de la Falcap lamenta que lleven año y medio sin poder organizar nada, cuando hay actividades que sí se están permitiendo «con medidas y restricciones, pero se están realizando y a nosotros todo nos lo tiran para atrás, el ayuntamiento o Salud Pública», se queja. «Parece que el Carnaval es un problema», denuncia, al tiempo que alerta de que si «no se cuida» cuando se quiera volver a recuperar, precisamente ahora que aspira al Interés Turístico Internacional, en ese momento «no habrá ni la mitad de los grupos». Sánchez se refiere no solo de las comparsas, sino también a artefactos y murgas.

El ayuntamiento había previsto la concesión de ayudas económicas a los colectivos. Las anunció en febrero pero aún no se han materializado. En la Falcap confían en tener una reunión con la concejala a finales de este mes, como ha anunciado el alcalde. De este encuentro esperan obtener alguna certidumbre.

Por parte de las murgas, Juanma Martín apunta que los grupos requieren una planificación y se marcarán «una fecha tope», de forma que si en septiembre u octubre no se ha tomado alguna decisión, seguramente desistan de preparar nada, porque no les daría tiempo. Igual que la Falcap, opina que si la fiesta se sigue retrasando, habrá gente a la que le costará retomar la rutina carnavalera.

Falcap`: "Hay actividades que sí se están permitiendo, mientras que a nosotros nos lo echan todo para atrás"

La comisión de murgas aún no se ha reunido, si bien Juanma Martín, que pertenece a Al Maridi, apunta que entre algunos ya han hablado de que se pueda organizar el concurso, con aforo reducido y con alguna fórmula aún por definir. Cada colectivo tiene su ritmo, pero a estas alturas del año los grupos ya habrían comenzado a trabajar. Las comparsas tendrían al menos la temática del traje elegida. Hay murgas que han empezado a quedar aunque con más tranquilidad, así como algunos artefactos se están reuniendo para planificar.

Tampoco estos últimos lo tienen claro, según apunta el presidente de la federación (Fea), Enrique Vidarte, pues todo dependerá de la evolución de la pandemia y cree que el futuro aún es incierto. Vidarte aduce que podrán celebrarse otras actividades alternativas, como ya se hizo este año o «algo más», pero no será el Carnaval de Badajoz con sus características, con la fiesta en la calle, el desfile, el teatro López de Ayala lleno hasta arriba y la gente fuera y los bares. Aunque los artefactos están dispuestos a plantear alternativas. En cuanto a la postura del ayuntamiento, Vidarte apunta que no son los grupos los que tienen que tomar la decisión de que se celebre o no, sino que debe hacerlo el propio ayuntamiento. «A los colectivos les hierve la sangre, pero hay que tener un poco de responsabilidad, vamos a acabar primero con el bicho y después nos iremos de fiesta, por todo lo alto».