La Diputación de Badajoz pretende formar a 594 personas en el uso de desfibriladores externos, y lo hará en las 33 ediciones previstas para el conjunto de los 294 centros de enseñanza donde se han instalado estos aparatos, todo ello en el marco de la segunda fase del proyecto ‘Provincia Cardiosaludable’.

Durante la segunda quincena del mes de junio, se han realizado nueve acciones formativas entre Badajoz, Mérida, Don Benito y Olivenza, a las que han asistido 160 personas de 87 centros escolares de 29 localidades de la provincia.

A partir de septiembre será el turno de colegios públicos, concertados y Centros Rurales Agrupados (CRA) de poblaciones como Alburquerque, Jerez de los Caballeros, Castuera, Orellana, Fuente de Cantos, Azuaga, Montijo, Llerena, Zafra, Herrera del Duque, Almendralejo y Villafranca de los Barros.

La formación consta de dos horas teóricas y seis prácticas para profundizar en el papel a desarrollar por las personas intervinientes «en la cadena de supervivencia», según indica la institución provincial en una nota de prensa en la que también detalla que se cuenta con un equipo docente de 27 personas a través de la empresa Servicios Extremeños Enseña S.L., inscrita para este fin en la Junta de Extremadura y contratada por la Diputación de Badajoz con un coste de 31.500 euros.

Al respecto, la diputación recuerda que durante 2020 instaló desfibriladores semiautomáticos en 294 colegios y centros educativos de la provincia, pero que la formación no se ha podido acometer «hasta ahora» debido a las limitaciones impuestas por la pandemia. Agrega, además, que en la primera etapa del proyecto fueron los ayuntamientos pacenses los destinatarios de esta equipación sanitaria y de la correspondiente formación.

La reanimación cardiopulmonar básica y el uso de desfibriladores externos automatizados por parte de personal no sanitario buscan poder proporcionar «un socorro temprano» para el soporte vital en primeras intervenciones frente a paradas cardiorrespiratorias «donde la rapidez de respuesta es vital en la cadena de supervivencia», remarcan en la nota.

Estas actuaciones se encaminan a garantizar la salud y el bienestar, así como una educación de calidad, contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU.