Ayer por la tarde se hicieron las primeras versiones, hoy se consensuará la definitiva y mañana se hará público el documento final. Ignacio Gragera asegura que el acuerdo verbal al que llegó ayer con la primer teniente de alcalde, la popular María José Solana, y Alejandro Vélez, concejal no adscrito, está en proceso de plasmarse en papel, tal y como exigía este último. El que ahora ejerce de regidor en funciones manifiesta estar «satisfecho» con el desenlace que han tenido las negociaciones: «Yo desde el principio estaba absolutamente convencido de que este acuerdo se iba a dar porque lo que se ha pedido y de lo que se ha hablado son cuestiones que redundan en beneficio de la ciudad».

Las declaraciones las ha hecho esta mañana al salir de la misa de San Juan celebrada en la Catedral de Badajoz, a donde llegó acompañado de Lara Montero de Espinosa, concejala de Ferias y Fiestas, y de su ya confirmado socio de gobierno. Casualidad o no, a los allí presentes les pareció una confirmación del acuerdo al que finalmente llegaron durante la víspera del patrón de la ciudad, aunque el exconcejal de Vox no le da demasiada importancia: «Somos compañeros, hay una cordialidad y no nos tiramos los trastos a la cabeza, pero no es significativo de que ya esté todo atado y bien atado, yo quiero verlo».

La reunión duró cinco horas, pero Gragera señala que no fue fruto del desentendimiento. «No fue complicado porque, al final, en el fondo de las cuestiones que se trataron, que es la mejora de las prestación de los servicios municipales, estamos todos de acuerdo, el tema era ver cómo podíamos encajar algunas peticiones dentro de los límites y de la capacidad presupuestaria del ayuntamiento». La clave de llegar a buen puerto estuvo en la posibilidad de emplazarse al presupuesto. «Nos ha dado más margen porque vamos a poder trabajar con algo más de calma».

Vélez coincide en que el tema económico fue el principal escollo que hubo que salvar ayer: «Había, no una diferencia en que hay que mejorar esos servicios, sino más bien en utilizar los recursos, que en este caso son económicos, para ponerlos en marcha». En ese sentido, repitió uno de los argumentos que ya ha expresado con anterioridad, y es que considera que «el ayuntamiento no puede ser un banco para que siempre se tenga un poquito más ahorrado respecto al año anterior».

Manifiesta que para él no habría que escribir ni firmar nada -«hasta no hace mucho tiempo, bastaba un simple apretón de manos»-, pero señala que, después de la «experiencia de estos dos años», donde ha habido puntos de su acuerdo con Francisco Javier Fragoso que no se han materializado en la realidad y que, según dice, volvieron a estar ayer sobre la mesa, considera necesario hacerlo: «Parece que da un poco más de seguridad y que luego puede quedar en evidencia el político que no ha cumplido, pero al final de lo que se trata es de que se cumpla, es mi único fin. Espero que no me arrepienta en un futuro inmediato porque al final la legislatura se nos va».

Gragera, por su parte, también se mostró dispuesto a comenzar a trabajar cuanto antes: «Confío en que en estos dos años que nos vienen por delante podamos seguir implementando el programa de gobierno que tenemos con el PP desde 2019, que podamos recuperar el tiempo perdido como consecuencia de la pandemia y que al final del mandato podamos concurrir a las nuevas elecciones con el trabajo hecho y con la satisfacción de haber podido poner en pie muchos proyectos que llevan mucho tiempo esperando ver la luz en Badajoz».