No ha asistido y sin estar ha sido uno de los protagonistas del pleno en el que Francisco Javier Fragoso ha dimitido como alcalde de Badajoz. El exconcejal de Vox, ahora no adscrito, Alejandro Vélez, no acudió al ayuntamiento. Es cierto que su presencia no era necesaria, porque no se votaba nada. Fragoso solo tenía que dar cuenta de su decisión. Pero da qué pensar que Vélez no estuviera y que en el anterior pleno ordinario votara en contra de todo, siendo como es parte del equipo de gobierno y siendo como es su voto imprescindible para que ahora Ignacio Gragera, de Ciudadanos, pueda hacerse con la alcaldía, cumpliendo así el pacto de alternancia firmado con el PP al inicio de la legislatura.

Vélez ha contestao a la llamada de este diario esta la tarde. No fue al pleno, según cuenta, “porque tenía unos asuntos personales y como no ha habido nada, no pasaba nada porque faltase”. Y tan personales que son sus asuntos. Sabe que se le echó en falta y reconoce que todavía tiene pendiente hablar con Cs, si Gragera quiere contar con su voto para la investidura. “Esas conversaciones no están cerradas así que todo está en el aire, eso sí es verdad”, confirmó. Gragera, sin embargo, cuenta con que Vélez esté en su equipo, como hasta ahora, y que forme parte de su proyecto de ciudad. Pero no es eso todo lo que quiere el concejal no adscrito. Vélez reclama sentarse y proponer “lo que yo quiero que sea este ayuntamiento o la parte que afecta a mi servicio (se refiere a la concejalía de Limpieza, fundamentalmente)”. Vélez espera además que no se ahorre tanto y se invierta más en la ciudad. “Quiero que este ayuntamiento deje de ser un banco, donde lo único que importa es que cada año tenga más dinero ahorrado, sino que se dedique a prestar todos los servicios con todos los medios a su disposición”. Esas, dice, son sus condiciones, de las que quiere hablar con el próximo alcalde. Con este panorama, se siente pretendido y lo está. ”Tenemos que hablar para que en estos dos años que nos quedan podamos dirigir de otra manera el ayuntamiento”.

No solo lo dice por Ciudadanos. Incluso el portavoz socialista Ricardo Cabezas le ha pedido que se abstenga para que pueda gobernar la lista más votada. Lo último que quedaba por escuchar en este ayuntamiento. Sorpresivamente, el concejal de adscrito no lo descarta. “Yo no tengo absolutamente nada cerrado con Ignacio Gragera”, recalca. Esa es su posición en este momento. Que le quede claro al candidato de la formación naranja. Reconoce sin embargo que permitir que gobernase el PSOE le plantea “una situación más difícil”, aunque no lo descarta del todo porque “lo que pongo por delante es Badajoz y si alguien se quiere entender conmigo, deja la ideología aparte y nos centramos en la ciudad, en destinar hasta el último céntimo de este ayuntamiento a prestar los mejores servicios , no tengo inconveniente”. Así de claro. Pero también sabe que hay personas que “lastran” mucha ideología, si bien Vélez estaría dispuesto a “hacer ese sacrificio”. Es lo que ha declarado a este diario. Es más, para que se entienda cuál es su posición, el exconcejal recordó que no le importó echar un pulso al partido por el que se presentó a las elecciones, del que se salió. “Yo no vivo de esto y una vez que estoy dentro, no todos los días se me presenta esta oportunidad y no la voy a desaprovechar”, reiteró, pues cree que de momento, no la está aprovechando. Ayer no estaba aún en disposición de afirmar de manera rotunda si sería capaz de permitir que gobierne el PSOE en Badajoz con su abstención, “porque tampoco sé qué quieren ellos”. Sí sabe que estarían “encantados de la vida” de hacerse con el gobierno municipal, pero desconoce si estarían dispuestos a aparcar sus diferencias ideológicas y centrarse en Badajoz. “Yo no pongo encima de la mesa ninguna exigencia ideológica que pudiera ser una línea roja para el PP o Cs, lo único que pongo es gestión, gestión y gestión, es facilísimo”.

Por eso, ahora lo que está esperando es sentarse con Gragera antes de los próximos diez días “e intentar llegar a un punto de encuentro”. Aun diciéndolo así, su cabeza no piensa hacia ningún lado en concreto, insiste y recuerda que hace dos años, el día de la toma de posesión de Fragoso, lo votó “con una venda en los ojos”, sin nada negociado en el Ayuntamiento de Badajoz, porque existía un acuerdo nacional con Vox. Su idea aquel día era abstenerse. “Por desgracia, a día de hoy estoy en una situación muy similar”, señaló, pues hubiese preferido que ya lo hubiesen llamado y que no se deje esta conversación para el final. No cree que el motivo de la reticencia sea porque no quieran hacer la foto con él. Al contrario, “ahora todo el mundo quiere hacerse la foto conmigo”, por eso no lo comprende. “No entiendo tantas dificultades”, cuando además ya no es un rival político, pues no representa a unas siglas. “Si yo gestiono bien mi servicio se puede apuntar el tanto el que sea alcalde”, manifiesta. Y el que quiera contar con él, tiene que decirle cómo. “Quiero que los parques y jardines reluzcan, que las baldosas no se muevan y Badajoz esté más limpio”. Esos son sus planteamientos. A partir de ahí: “a ver si nos ponemos de acuerdo y a ver con quién”. “Torres más grandes han caído”, sentencia.