Carolina Coronado debe estar encantada con la diversidad que está adquiriendo la población avícola que la rodea en el lago del histórico parque de Castelar de Badajoz, donde a las palomas y patos se han unido las últimas semanas pavos reales blancos, que aportan majestuosidad a este entorno y causan admiración entre los visitantes.

Pavos reales ya había en Castelar, pero azules, y solo quedaba un macho, al que ahora se han unido cuatro ejemplares más: tres hembras blancas y otro macho azul.  Proceden del parque de la estación depuradora de Santa Engracia. El ayuntamiento se los pidió a Aqualia para repoblar Castelar con pavos reales «como siempre ha habido», apunta el concejal de Medio Ambiente, Jesús Coslado. Se están introduciendo «poco a poco» para facilitar su adaptación al nuevo entorno y parece que de momento «su aventura» continúa sin contratiempos. Además, de este mismo lugar se ha trasladado también a Castelar un pato mudo, que parece superar la prueba de aclimatación. No serán los únicos. La concejalía pretende incorporar nuevas especies a Castelar, no solo pavos, sino otro tipo de aves autóctonas, como gallinas azules, en coordinación con el veterinario de Protección Animal.

Coslado cuenta que los pavos no se escapan del parque y si lo hacen, porque vuelan, regresan, ya que tienen asegurada la comida, que les suministran cada mañana. Ahora hay una camada de patos que cada día se da un paseo para acercarse a los jardines del Parque Infantil atravesando Ramón y Cajal por el paso de peatones. Pero siempre retorna. Castelar es su hogar.

Tres pavos en Castelar. S. GARCÍA