El paseo de San Francisco vuelve a llenarse de libros en mayo dos años después de que lo hiciera por última vez. La 39 edición de la Feria del Libro de Badajoz tuvo que trasladarse a septiembre con motivo del coronavirus, pero la evolución positiva de los datos epidemiológicos y de vacunación han permitido que la 40 vuelva a celebrarse en su mes habitual, cosa que los libreros agradecen.

Álvaro Resina, de la librería Mapa, cuenta que el año pasado fue un «caos» para ellos al coincidir la feria con la vuelta al cole, «una fecha donde teníamos que estar al 100% en la tienda con los libros de texto y el material escolar». A Óscar Gómez, de Pappelia, tampoco le gustó demasiado ese cambio por el mismo motivo: «Estábamos centrados en los escolares y no compensaba contratar a más gente para trabajar en la caseta».

Sin embargo, acogieron aquella cita con la misma ilusión con la que se han preparado para esta. Esperan que el público pacense responda como siempre lo hace, y dada la afluencia de personas que hubo ayer en la inauguración de la cita, es probable que sus expectativas se acaben cumpliendo. Ya por la mañana, de hecho, muchas se lanzaron a comprar libros, a pesar de que la mayoría de las casetas estaban todavía cerradas y de que la feria no comenzaba oficialmente hasta por la tarde.

Para saciar esta sed de literatura de los pacenses, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Badajoz ha creado una programación intensa que apenas da descanso y que incluso obliga a seleccionar muy bien qué actividades disfrutar y a qué conferencias asistir. Las opiniones respecto a este tema son, en general, positivas, aunque algunos libreros mejorarían ciertos aspectos.

Mai Saki, de Dulce Locura, por ejemplo, cree que debería haber más mujeres entre los escritores invitados, y Agustín Lozano, propietario de Tusitala, piensa que la gran cantidad de presentaciones que se han programado puede acabar siendo negativo: «Apenas hay tiempo entre una y otra para que la gente compre los libros, pero el resto está bien».

En lo que sí coinciden todos ellos es en que la venta online no tiene apenas nada que hacer cuando se trata de librerías locales. «El que es lector de verdad, prefiere el contacto físico y hablar con nosotros», asegura Gómez.

Y es que la pandemia ha acabado con muchas cosas, pero no con las ganas de leer de la población, que incluso han aumentado durante los últimos tiempos, lo cual se ha notado en la facturación de las librerías, que no han sufrido tanto como otros sectores. «La gente se ha animado mucho más a leer estos últimos meses», dice satisfecho Resina.

Esta vez, no habrá visitas de los colegios a la feria, pero eso no significa que los más pequeños queden en el olvido. La librería Padre Rafael, por ejemplo, dedica buena parte de sus cinco metros de mostrador al público infantil: «Es muy importante que los niños vengan a la feria, son futuros clientes y es una alegría cuando ven sus cuentos preferidos aquí», dice su propietario, Antonio Morato. 

Ya se ha consumido un día, pero los amantes de la lectura tienen nueve más para disfrutar de un paseo de San Francisco lleno de letras, de historias y de cultura.

Luis Landero destaca el papel de la literatura como garante de la memoria

Dice el refrán que nadie es profeta en su tierra, pero parece que con Luis Landero esto no se cumple. El escritor alburquerqueño repitió ayer como pregonero de la Feria del Libro de Badajoz después de haberlo sido también en la vigésima séptima edición celebrada en el 2008.

Destacó el papel que la literatura juega en la historia que conocemos del mundo que vivimos: «Si no fuera por los libros, no tendríamos pasado. Gracias a ellos conservamos la memoria de todo lo que hemos sido, de esta tribu a la que pertenecemos».

Es precisamente al pasado, a su infancia, donde se retrotrajo Landero al escribir su última obra, ‘El huerto de Emerson’ y al regresar a Extremadura de nuevo como pregonero. «Uno puede cambiar de tierra, pero de lo que no cambia uno es de memoria y de infancia, eso es para siempre».

Morcillo, Landero y Fragoso, ayer en la inauguración de la feria. S. García

Estuvo acompañado por varios representantes del ayuntamiento, entre ellos Paloma Morcillo, concejala de Cultura, y Francisco Javier Fragoso, que vive su última feria como alcalde. Este último quiso agradecer a Landero su presencia y disposición, aprovechando también para resaltar el papel de Badajoz como ciudad pionera en la realización de este tipo de citas como una forma de volver a la normalidad, primero en septiembre y ahora, en mayo.