El director del colegio Cerro de Reyes, Raúl Hernández, ha perdido la cuenta de los años que lleva reclamando la comunidad educativa la ampliación del centro para los alumnos de Infantil. Más de 10 años han pasado desde que los niños más pequeños reciben sus clases en unas aulas provisionales, tras los problemas surgidos hace 14 años con el edificio anexo, que tuvo que ser demolido.

Las obras del nuevo aulario acaban de terminar. La Consejería de Educación las ha recepcionado esta semana y el director ya tiene las llaves. Queda pendiente el equipamiento para que las tres aulas puedan estrenarse el próximo curso. El mobiliario y el resto del material didáctico y educativo, todo nuevo, está en el centro, pero se tiene que trasladar y colocar.

Hernández no puede ocultar su satisfacción, tras tantos años «de lucha», que no terminó cuando la Junta empezó las obras, pues se han retrasado más de un año respecto a la fecha prevista. La ampliación, con un presupuesto que ronda los 710.000 euros, comenzó en junio del 2019 y el plazo de ejecución era de 9 meses.

El director se muestra encantado con el resultado, pues son unas instalaciones espaciosas, luminosas, con calefacción, bucle magnético y ascensor. Le hubiese gustado poder enseñarlas a los padres cuando el proceso de escolarización estaba aún abierto. Su idea ahora es que se pueda equipar cuanto antes para mostrarlas en junio a las familias con niños de 3, 4 y 5 años, que son los que van a ocuparlas. Para el próximo curso se han recogido 10 solicitudes de 3 años y en los tres niveles hay 35 alumnos. Hernández confía en que a partir de ahora se animen más padres a matricular a sus hijos, «pues ahora mismo el colegio de Cerro de Reyes, junto al de Cerro Gordo, es el centro de referencia en Educación Infantil, porque esto no ha sido remodelación, es un centro nuevo».

Exterior del nuevo aulario del colegio Cerro de Reyes, con los patios. S. GARCÍA