La licencia de obras que concedió el Ayuntamiento de Badajoz para la fachada del convento de las Descalzas no incluía el derribo del tejadillo, que ya se ha realizado, ni la retirada de la reja del altar cerámico de la Virgen de la Amargura, que pretenden las monjas y que están suscitando una larga y ya complicada polémica. Según el concejal de Urbanismo, Carlos Urueña, la licencia se concedió «básicamente» para picar y pintar la fachada, sin mayor detalle sobre derribo de elementos, lo que motivó la decisión de Patrimonio de parar la obra.

La Dirección General de Patrimonio ya ha autorizado que se reanude la pintura, pero en cuanto al tejadillo y la reja ha remitido al ayuntamiento, pues es una obra nueva en un inmueble incluido en el Plan Especial de Centro Histórico. Urueña confirma que este debe ser el procedimiento pues, según la Ley de Patrimonio, si existe un plan especial de protección es el ayuntamiento el competente para la concesión de las licencias de obras. Distinto sería que fuese un Bien de Interés Cultural (BIC), que requeriría autorización expresa de Patrimonio, pero no es así. Se trata de un edificio inventariado, con protección A, que es la máxima. Según la Ley de Suelo, el ayuntamiento sí puede solicitar un informe de Patrimonio cuando las monjas presenten el nuevo proyecto, si los técnicos municipales tienen alguna duda sobre el valor patrimonial del tejadillo y la reja. Cuando se vea el nuevo proyecto, si la obra acometida es legalizable porque ambos elementos no tienen valor patrimonial, no habrá ningún problema. Pero si se considera que el tejadillo sí tiene valor, tendrán que reponerlo y conllevará una sanción, porque se habrá acometido una obra sin licencia y no es legalizable.