Más de 15 años han pasado desde que el Ayuntamiento de Badajoz empezó a barajar la posibilidad de cerrar por las noches el recinto de la Alcazaba para protegerlo de actos vandálicos y usos inadecuados. Distintos colectivos que trabajan en la defensa del patrimonio han venido reclamando esta medida. También lo hizo la semana pasada el grupo municipal socialista. Ahora podría ser el momento de hacerla efectiva pues con el final del estado de alarma y sin que exista en la ciudad ningún lugar autorizado para botellones, podría ser el espacio elegido por grupos de jóvenes para reunirse. No sería la primera vez. Pero el concejal de Turismo y Patrimonio, Jaime Mejías, considera que aún no es el momento de proceder al cierre nocturno del recinto pues hay que esperar a que se acometan obras anunciadas.

El concejal aduce que el ayuntamiento no ha tomado todavía la decisión sobre la fecha exacta de cierre porque está previsto que comiencen la nueva fase del yacimiento arqueológico, una actuación que ya está adjudicada, así como la restauración del último tramo de la muralla, entre puerta de Carros y la del Capitel. «Ahora se nos superponen una serie de proyectos en la Alcazaba y mientras estén en ejecución no podemos andar abriendo y cerrando puertas», aduce Mejías. «De momento no hemos tomado la decisión pero lo vamos a hacer», se compromete, aunque tienen que sopesar cuándo.

Aduce que con el cierre perimetral y el toque de queda fue una cuestión innecesaria y si ahora van a empezar las obras, no tiene sentido tampoco, en su opinión. Apunta además que el proyecto entre la puerta de Carros y Capitel tiene por delante un plazo de año y medio y la previsión es que estas obras comiencen después del verano. «Queremos ver cuándo van a tardar y cómo será el día a día de estos trabajos para hacernos una composición de lugar y tomar la decisión adecuada, porque no vamos a cerrar para volver a abrir», recalca.

En cuanto a que la Alcazaba pueda ser destino del botellón, Mejías apunta que la Policía Local de Badajoz ha identificado esta ubicación como uno de los sitios con vigilancia en momentos «calientes», como los fines de semana entre las 20.00 y las 00.00, sobre todo en los entornos de la puerta del Alpéndiz y la de Carros.

Para marcar el horario de cierre, el ayuntamiento tiene que contar con la Universidad y con la Junta de Extremadura, pues hay que tener en cuenta que en el interior de la Alcazaba funcionan la Facultad de Ciencias de la Documentación y la Comunicación, dependiente de la Uex, y el Museo Arqueológico Provincial y la Biblioteca de Extremadura, de la Administración regional. El concejal explica que ya se han mantenido estas conversaciones y tanto la Uex como la Junta trasladaron al ayuntamiento cuáles eran sus necesidades y horarios. En principio, el ayuntamiento había decidido que el horario de cierre fuese de seis horas, desde las 00.00 horas hasta las 6.00 de la madrugada. Mejías reconoce que ambas instituciones no estaban «muy por la labor» por los trastornos que pudiera causar al funcionamiento de sus instalaciones, por los turnos de limpieza o vigilancia. A pesar de la complejidad, aceptaron que el recinto se cerrase por las noches «por el bien de la Alcazaba» y estaban de acuerdo en coordinar sus horarios. El problema de ahora son las obras pendientes. «Pero antes o después se va a cerrar», sentencia el concejal.