Las asociaciones SOS Casco Antiguo y la de vecinos valoran haber obtenido del Ayuntamiento de Badajoz el compromiso de actuar contra las propiedades deshabilitadas en este entorno y piden que antes de que termine el año exista un catálogo de los inmuebles que están vacíos y una campaña de inspección. Según estos colectivos, así se puso de manifiesto en la reunión que mantuvieron el jueves con los concejales Eladio Buzo (Inmobiliaria Municipal), Juancho Pérez (Participación Ciudadana) y Jaime Mejías (Patrimonio y Turismo), junto a la arquitecta y directora de la Oficina de Rehabilitación, Elena Olea, a quienes transmitieron sus preocupaciones.

SOS Antiguo explicó ayer mediante un comunicado que en la actualidad hay 28.000 metros cuadrados en planta de propiedades deshabitadas en la zona, razón que llevó a las asociaciones a mantener esta reunión, tras los contactos con el portavoz municipal, Ignacio Gragera, y el concejal de Urbanismo, Carlos Urueña. Estos colectivos han compartido con los responsables municipales que además de los proyectos que se llevan a cabo «se precisa más, especialmente allí donde la inversión privada no va a llegar o donde el impacto visual que suponen las numerosas propiedades deshabitadas y en mal estado de conservación son un azote para los residentes y para la imagen del centro».

Por este motivo «se hace indispensable potenciar la labor inspectora, con medios propios o mediante la contratación de asistencia técnica, así como la elaboración de un catálogo de estas propiedades con el fin de poner nombre y apellidos al problema». El portavoz de SOS Casco Antiguo, Luis Pacheco, menciona, en concreto, la situación de calles como San Atón, Moreno Zancudo o Bravo Murillo (a excepción del conventual franciscano), «arterias que no entran en las cuentas de la actual revolución urbanística y que merecen un esfuerzo extraordinario».

Por su parte, Buzo defendió que la intención del equipo de gobierno es «cambiar y transformar el Casco Antiguo». Pero aclaró que aunque desde el exterior se puedan ver casas «en ruinas», no todas lo están a pesar de su aspecto de abandono, porque sus inquilinos no tienen capacidad para adecentarlas. También hablaron de la especulación y de que los propietarios de muchos inmuebles son desconocidos. Según el concejal, existe «control» por parte del ayuntamiento y, de hecho, asegura que el propietario del conventual ha sido sancionado en múltiples ocasiones.

El ayuntamiento sí cree conveniente la creación de una oficina de urbanismo del Casco Antiguo, incluida en el Consorcio que está en trámites, para lo cual se requieren medios económicos, técnicos y de personal. Como también se necesitan medios para elaborar un catálogo o una base de datos, que estudiarán.