Lo venía anunciando en las redes sociales y solo su entorno entendía qué quería decir. El concejal no adscrito en el Ayuntamiento de Badajoz, Alejandro Vélez, avanzaba que algo pasaría el 15 de mayo, justo un mes antes del pleno municipal en el que se votará la investidura del nuevo alcalde. Esta mañana se ha resuelto el enigma. Vélez ha comparecido para reclamar a quien aspira a asumir la alcaldía, Ignacio Gragera, de Ciudadanos, que le explique cuál va a ser su papel en el futuro gobierno, pues sin conocer cuáles son sus proyectos no puede “participar” en el pleno en el que se decidirá el relevo. Según ha dicho, sería “una irresponsabilidad” comprometer su voto sin conocer cuáles son los planes del futuro alcalde, los de la ciudad dice, aunque más tienen que ver con su propio futuro y el de sus dos asesores.

Hay que recordar que el voto del concejal no adscrito es fundamental para que se produzca el relevo en la alcaldía y cumplir así el acuerdo de alternancia alcanzado al inicio de la legislatura entre el PP y Ciudadanos. La corporación está integrada por 27 concejales. El PP y Ciudadanos suman 13, los mismos que el PSOE con Unidas Podemos. La decisión de Vélez marca el desempate, aunque PP y Cs parten con la ventaja de que el ex de Vox no dejaría gobernar a la izquierda. En caso de empatar, sería alcalde el candidato del partido que más concejales tiene, es decir, el socialista.

Vélez ha tirado de antecedentes para exponer sus razones. Ha comparecido para comunicar su postura “sobre el futuro de nuestro ayuntamiento”. Ha recordado que hace dos años, se iba a votar a sí mismo porque en las negociaciones previas no hubo acuerdo con ninguna formación política. La misma mañana del 15 de junio del 2019 recibió una llamada de su partido (Vox) porque se había firmado un acuerdo nacional para apoyar las investiduras de alcaldes del PP, lo que facilitaría entrar en los gobiernos municipales a Vox de forma proporcional al resultado electoral obtenido. Accedió y votó “sin más” la candidatura del PP, que había llegado a un acuerdo de alternancia con Cs. Posteriormente se negociaron sus competencias y otros acuerdos. Asumió entonces las concejalías de Limpieza, Parque Móvil y Pedanías. En dicho acuerdo se incluía la creación de una jefatura de servicio para los Poblados, para coordinar las prestaciones desde el ayuntamiento matriz a las ocho pedanías, que no tienen en el ayuntamiento un referente administrativo que las centralice. Dos años después, este objetivo no se ha cumplido y éste es el motivo por el cual el concejal no adscrito vota en contra en los últimos plenos de acuerdos que necesita sacar adelante el equipo de gobierno.

Respecto al relevo en la alcaldía, Vélez reprocha a Ignacio Gragera que no se haya puesto aún en contacto con él ni lo haya llamado para explicarle cuál va a ser el modelo del ayuntamiento y el proyecto y estrategia que tiene pensados para la ciudad “y cuál es el encaje de mi concejalía en estos planes, si es que existe alguna planificación”. Este es el quid de la cuestión y el motivo de las dudas de Vélez, que niega que con estas manifestaciones esté dando un ultimátum al futuro alcalde. Su explicación es que “por principios” nunca se pronuncia sobre asuntos que desconoce y a día de hoy, sin saber qué es lo que quiere y pretende el futuro alcalde, no podría participar en el pleno de investidura, según ha dicho. “En el momento en que se me haga partícipe de esos proyectos de futuro, lo estudiaré y reflexionaré sobre ello”. Será entonces cuando podrá decidir su sentido del voto. La pelota está ahora en el tejado de Gragera.