A Manuel Peña le dieron esta mañana la papeleta número 6, pero era el primero de la fila para vacunarse contra el coronavirus. Este pacense de 65 años se plantó en el edificio de Usos Múltiples de la Universidad de Extremadura a las seis y media de la mañana, más de dos horas antes de que diese comienzo la vacunación, que empezó puntual a las 9.00.
El desborde que se produjo el pasado 27 de abril, cuando tuvo lugar la primera vacunación masiva sin cita en Badajoz, hizo que muchos decidiesen levantarse temprano este sábado para no tener que esperar demasiado, pero la realidad es que finalmente solo acudieron 306 personas de las 1.201 que estaban convocadas porque el SES no ha podido contactar con ellas antes, apunta la Consejería de Sanidad.
Pocos minutos antes de que se comenzasen a inocular dosis, ya estaban haciendo cola alrededor de un centenar de personas. Es decir, más de la mitad de los que fueron por la mañana (155), y eso que no solo estaban emplazados a los residentes en la capital pacense, sino también los de los poblados y otras localidades cercanas pertenecientes al Área de Salud de Badajoz.
A priori, cabría pensar que la baja afluencia se debe a la poca confianza que AstraZeneca despierta entre algunos ciudadanos. Enriqueta Talán, por ejemplo, tenía algo de miedo. Pero hubo otros, como José Antonio Oreja, que consideraban que se corre el mismo riesgo o más con otros medicamentos que tomamos en nuestra vida cotidiana. La Junta de Extremadura, por su parte, todavía no tiene ninguna hipótesis de lo que ha podido pasar.
Hoy ha sido el turno de los nacidos entre 1956 y 1959, y mañana le toca a la generación de 1960 (de 9.00 a 14.00 horas) y a la de 1961 (de 16.00 a 20.00), siempre y cuando no se hayan contagiado de covid-19 en los últimos seis meses, o tengan antecedentes de trasplantes, diálisis o enfermedades oncológicas en tratamiento activo.
