Todos recuerdan las imágenes de viajeros arrastrando su equipaje por sembrados bajo un sol de justicia tras apearse de un tren en pleno viaje por una avería. Para intentar mejorar la fiabilidad del servicio en Extremadura, Renfe puso en marcha hace dos años un plan estratégico que incluyó una nueva base de mantenimiento en Badajoz, un taller de reparaciones que ya está funcionando y permite aumentar la frecuencia con la que se revisan los 17 trenes diésel de media distancia que circulan por la región. Estos trenes no prestan siempre el mismo servicio, de manera que si antes la media de rotación era entre 7 y 10 días, ahora sistemáticamente es cada 3 días.

Las nuevas instalaciones, operativas desde finales de año y que progresivamente han ido aumentando el ritmo de intervenciones, fueron visitadas ayer por el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, acompañado del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García, y el presidente de Renfe, Isaías Táboas.

El taller se sitúa junto a la estación de Renfe en una nave de 1.200 metros cuadrados que cuenta con dos vías interiores de 120 metros, preparadas para realizar el mantenimiento de trenes de hasta 110 metros.

Todos los trenes tienen un plan de mantenimiento que establece operaciones de revisión que, en el caso de los regionales, están en función de los kilómetros que realizan y periódicamente se someten a intervenciones para verificar la seguridad, el confort y la fiabilidad. La base de mantenimiento de Badajoz permite que las intervenciones se realicen ‘in situ’, con lo cual aumenta la frecuencia de los vehículos en el taller, lo que redunda en una mayor fiabilidad, según explicó Tomás Martín Jiménez, director de mantenimiento de material en Renfe. Para conseguir mejorarla en un tiempo récord se han aplicado tecnologías de monitorización de los trenes de manera permanente desde que se ponen en servicio hasta que llegan a destino, de manera que se comprueban todos los «órganos» representativos del tren en cuanto a seguridad, funcionalidad y comodidad y permite a los técnicos anticiparse a las incidencias, asesorar al maquinista en el caso de que haya alguna en ruta que se pueda resolver y, cuando el tren llega a destino, ver qué elementos han fallado. La base de mantenimiento de Badajoz trabaja en coordinación con el taller de Cerro Negro (Madrid) y en las instalaciones se realizan intervenciones «de primer nivel» cada 7.000 o 15.000 kilómetros, con independencia de que diariamente se monitorizan los trenes y se comprueba que estén en condiciones de prestar servicio.

Antes de que esta base existiese, en toda Extremadura no había ninguna instalación para inspeccionar los trenes y se veían obligados a rotar cada 7.000 kilómetros por Madrid, lo que suponía que entraban en el taller entre 7 y 10 días. Todas las averías y los problemas que se iban acumulando y se convertían en más relevantes se corregían cuando llegaban a Madrid y, entre medias, provocaban incidencias. Con un taller en Badajoz existen más garantías de que prestan servicio en plenas condiciones.

Además del taller, el ministro visitó las obras de remodelación de la estación de Renfe en Badajoz, que terminarán este verano, junto a las que se acometen en Plasencia, Cáceres y Mérida, de manera que estarán operativas cuando entre en servicio la línea de alta velocidad Plasencia-Badajoz, que ocurrirá a primeros del 2022, según apuntó Vara, si bien las obras terminarán a finales del 2021, según Ábalos. Sin embargo, no estará electrificada hasta el 2023. Son los mismos plazos que ya avanzó el ministro en la visita que realizó a Mérida en enero. Para Vara, lo importante de que sea realidad en Extremadura «un tren digno» no es poder enlazar en menos tiempo con Madrid, sino que Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz estén unidas «y formen parte de un proyecto común que se llama Extremadura».

Ábalos aprovechó su paso por Badajoz para confirmar que su ministerio está redactando el proyecto de acondicionamiento del tramo final de la avenida Ricardo Carapeto, una actuación pendiente de hace 10 años.