"Me he criado con mi abuela porque a mi padre no lo conozco y mi madre es toxicómana". Esta es la historia de José María Montero, uno de los aspirantes de la nueva edición de Masterchef que conquistó al jurado. Es un joven de 18 años de Badajoz, estudia restauración y asegura que su pasión es la cocina.

"Ahora no vivo con mi abuela Fina porque tiene principios de alzheimer y no puedo cuidar de ella", continuó explicando el pacense. "¿Y ahora con quién vives? ¿Tienes algún hermano?", preguntó Pepe Rodríguez, cocinero y juez del reality culinario. "Tenía una hermana pequeña pero se murió con 9 meses en un accidente de tráfico. Tengo otra hermana, pero no vivo con ella. Vivo solo. Voy tirando para adelante. Me pago yo el piso", fue la respuesta. "Tienes que estar orgulloso de lo que haces, de lo que eres y de lo que tienes. Eres un luchador. ¿Tú sabes la lección que nos estás dando a nosotros que a veces nos quejamos?", dijo Pepe Rodríguez.

Con su plato, llamado 'Amor de abuela' en honor a Fina, consiguió la aprobación de los tres jueces que le dieron un delantal blanco, lo que significaba que pasaría a ser uno de los 15 aspirantes de esta novena edición. "Has hecho un platazo. Está muy rico y muy bien hecho", aseguró Pepe.

Fina le esperaba a la salida. "¡Abuela que he entrado! Te dedico el delantal, va por ti", le dijo José María.

Una vez elegidos los aspirantes, tuvo lugar la primera prueba. El equipo de José María ganó y el pacense continúa una semana más detrás de los fogones del concurso.

Esta historia de superación ha corrido como la pólvora por redes sociales. En la mayoría de post, las reacciones son de ánimo y dejan reflexiones como: "¿Y nosotros nos quejamos?".