La Concejalía de Turismo y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Badajoz ha puesto en marcha un nuevo proyecto para dar a conocer los valores naturales, históricos y patrimoniales que existen fuera del casco urbano. Se denomina ‘Badajoz, historia y naturaleza’ y está formado por siete rutas de senderismo que se pueden descubrir a partir de la información que existe en la web de la concejalía y seguir con la ayuda y los datos que aparecen a lo largo del recorrido en Google Maps con el teléfono móvil. Esta propuesta ha sido presentada esta mañana por el concejal del área, Jaime Mejías, quien ha destacado que el término municipal de Badajoz es uno de los más amplios de la península, con mucha superficie de dehesa y kilómetros de senderos. Mejías ha querido agradecer el trabajo desarrollado en la concejalía por Noemí Carmona, Carlos Sánchez y Raúl Arroyo. Salvo en contadas ocasiones, estas rutas discurren por senderos públicos o servidumbres de paso y se podrán realizar a pie o en bicicleta

La primera es la del azud y Telena por el río. Lo más destacable que ofrece es la Zona Especial de Protección de Aves (Zepa). Es una ruta circular que abarca una distancia de 15 kilómetros que se pueden recorrer en unas 3 horas. Lo más interesante son las especies ornitológicas que se pueden observar. Incluye la Charca de los Pollos, la Fuente del Palo y el fuerte de Telena, una fortificación abaluartada del siglo XVII, ya desaparecida, que protegía el antiguo camino de Olivenza.

La segunda ruta es la de San Isidro, también circular, con una distancia de 10,5 kilómetros y un tiempo de horas. Discurre por Tres Arroyos y lo interesante es que se desarrolla por la dehesa, pasa por el mirador de la Dehesa, el del Quemado, el de la Charca, el de la ciudad y el de Tres Arroyos.

La tercera es la de Cerro del Viento, Maloscaminos y puentes. Tiene 17,4 kilómetros y es lineal. Se puede hacer en 3 horas. Discurre por el cerro de Las Mayas, donde estuvo situado un fuerte terrero en 1758 durante el asedio a Badajoz en la guerra de la Restauración de Portugal y el Cerro del Viento, donde estuvo la línea de ataque francesa comandada por Soult en 1811.

Mejías ha destacado que estos recorridos descubren “muchos hitos históricos que se desarrollaron fuera del casco urbano e Badajoz, porque es verdad que dentro de la ciudad tenemos mucha información, pero en las afueras hay tesoros que se descubren con estas rutas”.

La cuarta abarca desde Las Vaguadas a La Cocosa a lo largo de 25,5 kilómetros, con una duración de entre 5 y 5,5 horas y descubre esta villa romana, un complejo agroganadero ocupado desde el siglo I al VII después de Cristo.

La ruta quinta, de 10 kilómetros y dos horas de duración, discurre por el río Gévora y el puente de Cantillana. También es zona Zepa, con lo cual invita a observar las especies de aves. También se puede ver el molino de los Moscoso, la fábrica de la luz, el canal de los Ayala, la Pesquera y sobre todo el puente de Cantillana (1531-1535), de Gaspar Méndez. Además pasa por el cerro de Santa Engracia, donde tuvo lugar la batalla de Gévora en 1811, en la que los franceses derrotaron al contingente hispano portugués.

La ruta 6 se sitúa en la margen izquierda, las Crispitas y el yacimiento calcolítico del Lobo, a lo largo de 12 kilómetros. Además de ofrecer un entorno para practicar la pesca, está el yacimiento que se excavó en los años 70 del siglo pasado. Actualmente está cubierto con sembrados y demuestra que hace 4.000 años esta zona estaba ya habitada debido a la riqueza del río y sus tierras colindantes. Ofrece asimismo paisajes naturales como la isla de los Monos, el Brazo Jamaco y El Pico.

La ruta 7 tiene 18 kilómetros y conduce a la ermita de la Virgen de Bótoa. Es recomendable hacerla en bicicleta por la distancia. Comienza en el Hornabeque del Puente de Palmas y va paralela al río Gévora y el Zapatón hasta el cruce del camino de los Contrabandistas y del Rincón, hasta llegar a la ermita en cuyos alrededores se celebra la romería de la Patrona del campo el primer domingo de mayo.