El Carnaval de Badajoz se ha saltado la edición del 2021, también en San Roque, donde desde hace casi 40 años el martes se despide esta fiesta con el Entierro de la Sardina. Esta mañana de martes no ha sonado la percusión de las comparsas desfilando por la avenida Ricardo Carapeto, ni se ha llenado el aire de olor a sardinas, pinchitos y panceta, porque no ha habido barras en las calles. Los bares sí han sacado las terrazas permitidas, que se han llenado al mediodía, y algunos incluso han ofrecido sardinas, a la plancha, directas de la cocina.

Como el bar la Roca, en la esquina con la calle Cáceres, que al poco de empezar a servir cañas ya había repartido 60 sardinas y le quedaba apenas una docena, contaba Monserrat Fernández, que no quiso perder esta costumbre gastronómica.

Tampoco ha faltado en San Roque San Pancracio, que se ha dejado ver desde el sábado en el centro de Badajoz. «Solo hemos salido un poco al mediodía, no ha habido juergas por la noche hasta las tantas», se lamentaba Andrés Lope, disfrazado de su personaje. Con él había quedado un compañero de la veterana murga Ad Libitum, Jesús Movilla, que se colocó una peluca y con Eloísa se fueron temprano a tomar una caña a San Roque, donde no esperaban que hubiese demasiado ambiente, «porque es lo que tiene que ser», según Eloísa. «Aunque nosotros no salgamos ya como murga, sí lo hacemos particularmente, tenemos el gusanillo y este año hemos dicho, qué menos que ponernos una peluca y un gorro», defendió Movilla. De esta guisa se encontraron en una terraza a otros integrantes de la murga Los Niños, también ataviados con escuetos complementos carnavaleros. «Todos los años intentamos llegar a San Roque, a veces se llega y a veces, no», decía Juan Carlos Bodes. Este martes de No Carnaval sí han llegado.