La Base Aérea de Talavera la Real luce desde primeros de año los dos aviones Predator B, aeronaves pilotadas por control remoto, de 20 metros de envergadura que el Ministerio de Defensa recibió el pasado año de Estados Unidos y que están a las espera de su incorporación efectiva al Ejército.

Llegaron en diciembre pasado a la base bajo una gran expectación y este mes han acaparado toda la atención durante las II Jornadas de Fuerzas Armadas y Medios de Comunicación (FAS-MCS), celebradas en la base pacense, frente al celo con el que sus «guardianes» mantienen discretos los datos sobre sus capacidades.

El Predator B no es un avión de combate, sino de vigilancia y tiene una autonomía de 27 horas de vuelo; no está dotado con armamento y también tiene un uso civil en funciones de control de fronteras, lucha contra el contrabando, apoyo a la Policía Nacional y Guardia Civil y la vigilancia de incendios. Sus cámaras infrarrojas pueden aportar información durante 24 horas y fotografías a tiempo real.

Sin embargo, esta estrella de la aviación que sólo poseen cuatro países en Europa, sigue a la espera de que el ministerio transfiera al Ejército del Aire los dos aviones para comenzar a prestar servicio en misiones reales. Este tipo de aviones, de los que se han encargado dos unidades más, están llamados a convertirse en el futuro de la aviación mundial y en Europa ya se trabaja para que se alternen con los tripulados en un horizonte no muy lejano, aseguraron mandos de la base aérea.

Entre tanto, en Talavera siete tripulaciones trabajan para comprobar sus capacidades, que sigue en periodo de pruebas y dependen aún de la Dirección de Armamento y Material del Ministerio de Defensa.

Estos aviones no tripulados comparten el espacio aéreo con los F-5 con los que se instruye a los futuros pilotos de combate del Ejército español.

El jefe de la base, Francisco Javier Vidal, ha explicado que se está a la espera de los dos Predator B más encargados, que supondrán una inversión de 150 millones de euros, así como una tercera cabina de tierra, desde donde las tripulaciones controlan la aeronave.

Otro paso a dar es la formación de las tripulaciones, que hasta ahora se hace en Estados Unidos durante nueve meses. España cuenta con 7 tripulaciones, que controlan el aparato desde tierra y que se componen de un piloto y controlador de sensores, pero los responsables de la base quieren comenzar a formar a las tripulaciones, según su coronel jefe.

Hasta el momento disponen de este avión países europeos Italia (una versión más antigua), Francia y Reino Unido. Holanda lo ha adquirido pero aún no lo ha recibido.