La cantera de murgueros del Carnaval de Badajoz viene pisando fuerte. Diecinueve grupos se han subido este fin de semana al escenario del teatro López de Ayala para participar en el sexto concurso infantil de murgas y otras ocho agrupaciones lo harán esta tarde en el certamen juvenil. Hace seis años, cuando se inició el proyecto Aulas de Carnaval del que surgen estos concursos, entre las dos categorías sumaban apenas una decena de murgas, un número que casi se ha triplicado en este tiempo. El trabajo que se realiza en los colegios y el ADN carnavalero de muchos pacenses es, según Luis Rodríguez, director de Aulas de Carnaval y responsable de los certámenes de murgas infantil y juvenil, lo que ha hecho que la pasión murguera se despierte en más de 500 niños y jóvenes.

Tras la sesión de mañana y tarde del sábado en el López, ayer era el turno de las últimas siete murgas infantiles. Con el teatro abarrotado de público, salieron a cantar las letras que ellos mismos han compuesto ayudados por sus monitores. Los de azul celeste, del colegio Cerro de Reyes, fueron los primeros en actuar. Disfrazados de pitufos presentaron un repertorio muy ligado al tipo, como hacían Los Murallitas, a la que su monitor, José Luis Jaén, perteneció. Este centro no ha fallado en ninguna edición, por lo que se puede decir que ya tienen muchas tablas.

A la verita del río es de la Compañía de María, que encarnaban a «fofisanos» que salen a correr por los parques del río. Estos minimurgueros se atreven con todo y no les acompañó ningún adulto con los instrumentos, sino que ellos mismos tocaron la caja y el bombo.

Los Glacis te vienen a visitar fue otra de las agrupaciones que ayer se llevó los aplausos del público con su tipo de turistas. Del colegio Nuestra Señora de Fátima actuaron dos murgas: Los que no paran de pinchar y Los reguetoneros fatimeros, muy metidos en su papel. Hablaron sobre el cole, el barrio y la música que les gusta. Es el tercer año que este centro participa en el certamen.

La Asociación de Coros y Danzas de Badajoz debutaba en la categoría infantil con Los Minifolk se quedan de piedra, vestidos de trogloditas. Ya tienen experiencia bailando delante del público, por eso ayer estaban emocionados, pero no muy nerviosos.

Tranquilos y entusiastas

Tranquilos y entusiastasTambién afrontaron con bastante tranquilidad y entusiasmo su actuación las 24 integrantes de Vamos de Infantil, de los Maristas, que con sus disfraz emulaban a las profesoras de este ciclo en su colegio, por eso en su repertorio no faltaron los guiños a lo que ocurre en las aulas de los más pequeños.

El concurso infantil de murgas no es competitivo y todas las agrupaciones recibieron un diploma honorífico con el que se destaca algún aspecto de su actuación. Se trata, según Rodríguez, de mantener el gusanillo, pero de una manera «sana» y que no provoque enfrentamientos, sobre todo entre las familias como ocurrió los primeros años del certamen.

El responsable de Aulas de Carnaval puso en valor el trabajo que realizan durante meses los niños y los monitores, que preparan sus disfraces y repertorios con muchas ganas, al tiempo que agradeció la implicación y el apoyo de la Concejalía de Festejos con la cantera. Este año, según dijo, es la primera vez que se han entregado turutas con el logo del Carnaval a todos los participantes.

Mientras los concursos infantil y juvenil crecen, el de adultos se ha ido desinflando en participación en los últimos años (este por poco ha habido ronda de preliminares). «Nosotros vamos en aumento y entendemos que ante la falta de murgas adultas un buen recurso será crear afición y que de aquí salgan muchos murgueros para el futuro», confió Luis Rodríguez.