Mejorar la convivencia, fomentar el sentimiento de pertenencia a la barriada e impulsar la unión de los vecinos para conseguir más servicios y mejores infraestructuras. Estos son algunos de los objetivos del proyecto Son de Barrios, que la Asociación Iter Renacimiento está desarrollando en los Colorines de Badajoz, con financiación de la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura. A través de actividades de dinamización para niños y mayores, asesoramiento individual y una estrecha colaboración con la asociación de padres y madres de alumnos (ampa) del colegio Santa Engracia, se pretende conseguir «un barrio mejor», según explicó Sandra González, presidenta de Iter Renacimiento.

El proyecto se inició en junio (hasta septiembre solo con voluntarios y en septiembre se incorporó una técnico) y finalizará en diciembre y ya se han dado pasos importantes, como la creación de la Asociación de Vecinos de los Colorines, mediante la que se pretende que haya una voz común que plantee ante las administraciones las reivindicaciones y necesidades de esta barriada. «Les estamos ayudando a que sepan cómo funciona una asociación, para que vean que cuanto más unidos, más fuerza tendrán para pedir que pongan papeleras, bancos, una zona de juego infantil, que no hay ninguna o como optar a subvenciones para realizar actividades», apunta la técnico del proyecto Son de Barrios, Sara González. A juicio de Iter Renacimiento, uno de los grandes problemas de los Colorines es que carencia de muchos servicios que ayudarían a «normalizar» la vida de un barrio.

También, en colaboración con la ampa, se están llevando a cabo acciones en los recreos para fomentar las relaciones y la convivencia entre los niños, para que después esos lazos se trasladen a sus familias y al barrio. Además se han desarrollado distintos talleres tanto en la sede de Iter Renacimiento como en el colegio. Ayer, en colaboración con la Asociación Segundo Asalto, tuvo lugar una de las actividades de dinamización: una treintena de niños participaron en la realización de una pintura mural en la fachada del local colectivo, en la plaza Nicolás Díaz Pérez. Con la ayuda de Maribel Díaz, gestora cultural de Segundo Asalto, y los diseñadores Ben Tocha y Raulowsky, los menores plasmaron sobre la pared los dibujos de unos pájaros, cada uno de una especie, para simbolizar «la convivencia entre personas diferentes y que los prejuicios se deben dejar a un lado», explicó Sara González. «La idea es que hicieran algo de forma conjunta por su barrio, para que sientan que es suyo y, de paso, alegrar la plaza», añadió.

Los promotores de la actividad lamentaron que, pese que se pidió a la Dirección General de Vivienda, que reparase los desconchones de la fachada antes de pintar el mural, su petición no haya sido atendida. A los niños pareció no importarle, pues estaban encantados con la actividad.

Para Navidad, ya tienen previsto comprar un árbol natural decorarlo con material reciclado y colocarlo en la plaza Nicolás Díaz Pérez. «Lo haremos en colaboración con la ampa, porque la verdad es que sin el colegio, nos costaría mucho más», destacó Sara González.

MÁS TIEMPO/ «Sería fundamental que este proyecto continuase para seguir trabajando y lograr más avances», defienden la presidenta de Iter Renacimiento y la técnico de Son de Barrios, «porque si paras, todo se vuelve a caer y hay que empezar de nuevo», argumentaron.