Una joven de 28 años sufre graves quemaduras de segundo y tercer grado por todo el cuerpo como consecuencia de la explosión ocurrida la madrugada del domingo al lunes en la cocina del piso donde vive, en la calle Tierra de Barros de Badajoz. Después de pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario fue trasladada ayer al mediodía a la unidad de quemados de Getafe (Madrid), según informó el SES.

El suceso ocurrió en el tercero B del número 7 de la calle Tierra de Barros. Los bomberos recibieron el aviso pasada la una y cuarto de la madrugada. Los vecinos del bloque no solo sufrieron el susto nocturno, que motivó que muchos de ellos saliesen en plena noche a la calle, sino que al día siguiente, ayer al mediodía, fueron desalojados por agentes de la Policía Nacional, como medida preventiva ante la intervención en la vivienda siniestrada de agentes del Tedax, especializados en la desactivación de explosivos e intervenciones con sustancias químicas (NRBQ), y de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado). Los vecinos permanecieron en la calle dos horas mientras los efectivos realizaban su trabajo. Los agentes los avisaron puerta a puerta. Eran las 12.20 del mediodía y no pudieron volver a sus casas hasta las 14.30 horas, cuando comprobaron que no había ningún material «lesivo» para el vecindario. La calle también permaneció cortada.

Al parecer, la explosión tuvo que ver con la presencia en la vivienda de productos químicos. Los agentes sacaron del piso garrafas de queroseno y cajas con distinto material que pudiera corresponder a la existencia de un laboratorio clandestino de drogas, extremo que no fue confirmado por la Policía Nacional, que continuaba la investigación.

Fueron dos vecinas del mismo rellano, de 75 y 80 años, las que llamaron al 112. Estaban ya acostadas pero la mayor aún no dormía. Estaba leyendo cuando escuchó varios estruendos y sintió la humareda. «Me olía mucho a quemado, pero a química, muy raro». Su hermana no podía bajar por temor a asfixiarse y ambas fueron atendidas por Cruz Roja por crisis de ansiedad. Otra vecina contó que oyó varios «petardos» seguidos, «secuenciales», y a partir de ahí empezó a oler a humo. Cuando llegaron los bomberos, en el piso donde ocurrió el fuego no había nadie. Según testigos, la joven se marchó por su propio pie con un acompañante y dejaron la puerta abierta sin avisar de lo ocurrido. La víctima, que ocupa esta vivienda en alquiler desde hace unos dos años, tiene una niña de 6 años, que en esos momentos no estaba en el piso. El acompañante no fue ayer localizado y estaba en búsqueda. El piso fue precintado.