Si viviré bien aquí, que no me quiero ir», manifestó Alfonso, de 83 años, vecino de la calle Águila, como María: «Aquí me moriré»; y como Emilia, que recibió la casa de sus suegros cuando tenía 25 años. Los tres tienes en común, como la inmensa mayoría de los habitantes de Santa Engracia, conocida popularmente como la UVA y las 800 Viviendas, que no quieren salir del barrio. Y eso, a pesar de contar con numerosas barreras arquitectónicas, desniveles y grandes pendientes en muchas de sus vías peatonales, que se encuentran en muy al estado de conservación.

Es en un tramo de la citada vía que va de la avenida del Sol a las traseras del Centro de Salud El Progreso, una plazoleta accesible a los vehículos pues el resto de la calle no lo es, donde se llevará a cabo una actuación para comenzar a hacerla accesible. Es un tramo de 25 metros, entre los números 26 al 30 de un lado y del 35 al 39 del otro.

La actuación es posible gracias a un proyecto piloto del estudio de Arenas Besabe Palacios Arquitectos, que promueve la asociación de vecinos, como explicó su presidenta, Paqui Yáñez, con colaboración de la Obra Social La Caixa, «que aporta casi el 30% del coste --49.658,50 euros--», según el técnico de Acción Social Ángel García; y de la Junta de Extremadura, que pone el resto con una subvención, y el asesoramiento de la Oficina Técnica de Accesibilidad (Otaex) de Apamex, con su técnica Ana Navas.

El presidente de Apamex, Jesús Gumiel, abogó «por que las instituciones busquen recursos para extender el proyecto de accesibilidad a toda la calle y a todo el barrio, por que lo cierto es que los vecinos son propietarios de las casas, las han arreglado y no se quieren marchar del barrio».

La actuación consistirá en crear itinerarios accesibles en ese tramo de 25 metros, con la formación de dos plataformas cada una a nivel de la entrada de las viviendas, comunicadas mediante escaleras y rampas (con pendientes máximas del 8%), para salvar diferencias de cota de hasta 1,5 metros, con sustitución del pavimento y umbrales de las casas.

Se protegerá el conjunto con barandillas y pasamanos, además de poner asientos, alcorques y señalización del pavimento para invidentes, explicó Luis Besabe, «la idea es hacer calles estanciadas, con árboles en el futuro».

Gumiel y Besabe señalaron que «el barrio tiene 10 problemas y mil posibilidades, pues está en sus tres cuartas partes sobre la vega del Guadiana, pero personas con problemas de movilidad necesitan que sea accesible».

Santa Engracia fue objeto de estudio por Luis Besabe y Enrique Arenas tras ganar el prestigioso premio Europeam 9; de un PERI en 2012 que está por aprobar y de un taller de prototipo de calle accesible para buscar soluciones por parte de la asociación vecinal y de técnicos. A raíz de ello, la Dirección General de Arquitectura buscó apoyos para la actuación.

«Apamex insiste ante la instituciones en que si se estudian los problemas salen soluciones, en accesibilidad siempre hay una solución», dijo Gumiel.

La dirección de la obra, que durará dos meses, es de Laura Corbacho y la empresa que la ejecuta -ayer firmó el acta de replanteo-, es Carlos González Díaz SL.