Las líneas de autobuses urbanos que recorren Badajoz no están optimizadas, se solapan en numerosos puntos y no realizan un recorrido directo que permita al usuario llegar rápidamente a su destino. Además, la frecuencia de paso, entre 20 y 30 minutos, desmotiva a muchos usuarios potenciales». A esta conclusión llega Alejandro Vargas, coordinador de Transporte en la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, tras realizar una análisis del entramado de recorridos del servicio de autobús en la ciudad, a partir del cual ha estudiado las soluciones, que trasladó hace más de un año al ayuntamiento, sin que hasta ahora haya recibido una respuesta.

Vargas parte de que el servicio de transporte público de Badajoz está «obsoleto y mal planteado» y lo achaca al «poco interés» del ayuntamiento. Apunta que el sistema actual está como hace 30 años y en este tiempo sólo se han introducido «pequeñas mejoras», pero «nunca se han planteado cambiar la red en todo su conjunto». «En Badajoz el autobús urbano lo utiliza la gente que no tiene otra alternativa, pero en otras ciudades se usa porque es cómodo, rápido, seguro, ecológico y práctico», manifiesta.

Para empezar, Vargas apunta que las líneas diseñadas carecen de lógica, porque son «serpenteantes», se detectan muchas duplicidades y no ofrecen recorridos directos, por lo que se pierde tiempo. Tampoco la frecuencia de paso es competitiva, entre 20 y 30 minutos. Pone el ejemplo de Cáceres, donde es de 12 minutos en muchas franjas horarias. «La diferencia es abismal», señala. Compara también con otras ciudades parecidas, como Logroño, que con la misma población, tiene más del doble de usuarios. Según los datos del 2015, el autobús urbano de Badajoz tuvo casi 4,5 millones de usos y ese mismo año, el de Logroño, 10 millones. Burgos, con 27.000 habitantes más, registró 12,5 millones. Vargas tiene en cuenta además que esas ciudades de referencia no ejercen gran influencia en su entorno, como sin embargo sí ocurre en Badajoz, porque tienen otras ciudades próximas de tamaño similar o superior que prestan los mismos servicios. Sin embargo, Badajoz atrae a diario a muchas personas del ámbito rural. «Algo ocurre, si se usa tan poco el autobús urbano». No solo eso, sino que los usuarios decrecen, pues en el 2001 había 6 millones de usos. «Los datos son demoledores». El análisis da cuenta además de un defecto importante y es la carencia de mapas sobre las líneas que recorren la ciudad. La única referencia de los usuarios son los esquemas en las paradas, con los nombres de las calles por los que pasa cada línea. Para quienes no las conozcan, resultan confusos. En su opinión, debería existir un plano con las 13 líneas existentes, por colores.

SEIS líneas / La Cívica ha realizado un mapa con las líneas actuales y otro con su propuesta, que no se basa en ampliar las existentes sino en «mejorarlas y optimizarlas». Sin contar con las que cubren los poblados (para los que esta asociación ha diseñado otra propuesta contando con la infraestructura ferroviaria), la reorganización se basaría en reducir el número de líneas de 13 a 6, que abarcarían toda la ciudad «de una forma lógica y ordenada», de manera que todos los vecinos tendrían una parada a 5 o 10 minutos de su casa. Paralelamente, aumentaría la frecuencia de paso, que pasaría a la mitad, 15-7 minutos, con los mismos recursos. «Al ser menos líneas y más eficientes, con los mismos recursos se puede ampliar la frecuencia de todas». Otra mejora que propone es que los transbordos sean gratuitos, para conectar todos los barrios. Vargas señala que es así en muchas ciudades. Las paradas se colocarían de forma estratégica y en todas habría un plano informativo comprensible, con un mapa con colores, para que el usuario pueda orientarse de forma rápida y sencilla.

Las seis líneas propuestas son: roja (Vaguadas, Valdepasillas, Infanta Gristina/Urbanización Guadiana, universidad y El Faro); amarilla (Cerro Gordo, La Pilara, San Roque, centro, Juan Sebastián Elcano, Antonio Masa Campos, avenida de Elvas, hospital, universidad, El Faro); verde, circular (universidad, Valdepasillas, estación de autobuses, Ciudad Jardín, Cerrro de Reyes, Suerte de Saavedra, San Roque, Ronda Norte, Circunvalación, San Fernando, estación de tren, El Nevero, universidad); naranja (Las Vaguadas, estación de autobuses/hospital Perpetuo Socorro, centro, San Fernando, estación de tren, Santa Engracia y Nevero); morada (Llera, Valdepasillas, centro, San Fernando, estación de tren, Santa Engracia, escuela de ITA) y azul (La Granadilla, Valdepasillas, La Paz, centro, San Roque, Suerte de Saavedra, Cerro de Reyes y Los Montitos).

Según Vargas, estas líneas conectarían de forma directa las principales zonas de la ciudad y quedarían cubiertas las rutas habituales, además de solucionar «importantes carencias», pues Valdepasillas tendría conexión directa con el centro más allá de la plaza de la Libertad y con San Fernando. También El Nevero dispondría de servicio de autobús y el enlace entre Las Vaguadas y la universidad sería más directo.