En apariencia la situación política en España está casi igual que hace unos meses. Sin embargo, ha cambiado y bastante, según la entiendo.

Hay un partido, el Popular, que ha ganado las elecciones y su líder, Mariano Rajoy, ha salido reforzado. Otros partidos, como Podemos, han perdido bastantes votos y parece que han desparecido de la política o, al menos, de los medios de comunicación.

El Partido Socialista ha perdido votos y escaños, pero podría facilitar con su abstención un gobierno para España, que es lo que deseamos todos los españoles.

Pero que de forma machacona e insistente, sin tener en cuenta nada más que a su partido y no el bien de los españoles, insiste una y otra vez en que no se abstendrá y que votará en contra del gobierno del Partido Popular, sin ni siquiera haber hablado con Rajoy y ver qué propuesta le hace.

Hay que decir que solo algunos de los varones socialistas, los más sensatos entre ellos, como el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, abogan por facilitar un gobierno del Partido Popular.

El Partido Socialista debe pensar que con esta postura va a resolver los problemas internos que tiene y quizás sí los resuelva, pero ¿a qué precio? Posiblemente, los españoles no le perdonarán que, llegado el momento, no faciliten que tengamos gobierno y que tengamos que ir a unas terceras elecciones.

Por lo que creo que le podemos pedir que tengan altura de miras, piensen en el bien de todos y lleguen a un acuerdo, el que estimen oportuno, y podamos tener gobierno que pueda tomar decisiones y salgamos de este compás de espera que no beneficia a nadie.