Una de las actividades que parte de los pacenses han incorporado a su rutina diaria es la de caminar, sobre todo cuando hace buen tiempo y, a veces, no tan bueno. Es agradable ver, tanto por la mañana temprano como por la tarde a última hora, a muchos ciudadanos muy bien equipados con su chándal y sus zapatillas multicolores. A veces van solos, otras en grupo. Recorriendo los diferentes puentes que hay en la ciudad, llegando hasta la frontera de Caya, por el magnífico jardín de la margen derecha del Guadiana hasta al azud del río, etcétera. Aquellos que tienen que caminar por prescripción facultativa le han puesto nombre a todas estas rutas: ruta del colesterol, ruta del corazón, ruta del adelgazamiento, etcétera.

El hecho de que tantos ciudadanos hagan este tipo ejercicio físico, tan saludable, se ha conseguido gracias a los consejos médicos, a los medios de comunicación, etcétera.

Pero si nos detenemos a observar quien realiza esta actividad física nos encontraremos que en general son personas de mediana edad, no hay muchos jóvenes que la practiquen. Por ello, me gustaría llamar la atención para que se eduque a los jóvenes en la necesidad de realizar algún tipo de actividad física, pues muchos cuando salen de los institutos y colegios se olvidan de la necesidad de realizar ejercicio físico, el que le guste a cada uno. Que cuando se incorporen a la vida laboral o a la universidad, deben incorporar como una rutina más en su día a día: la realización de ejercicio físico, tan necesario para el físico como para la mente.