Hace dos años que se alzó con la Lámpara Minera en Murcia y además, como la artista más joven en la historia del Festival del Cante de las Minas en conseguirlo. Y es que Celia Romero (Herrera del Duque, 1995) es insultantemente joven. Dieciocho años y con la Lámpara que alumbra el camino de los llamados a 'dejar nombre' en esto del flamenco, será complicado que no cumpla sus sueños. La última vez que charlé con ella, su padre, su mentor, le llevaba un par de donuts. Ahora Félix de Herrera, guitarrista, lleva su agenda, los contratos, las entrevistas. Mientras hablamos ella y yo, mira con indulgencia lo que no puede controlar: la niña que ya con nombre propio crece como mujer y artista.

--¿Qué balance hace de estos dos años?

--Muy buenos. He tenido más trabajo. Está en general regular y yo no me quejo porque he ganado en calidad a la hora de participar en diferentes encuentros flamencos. Ahora el público es más exigente y yo también. Ahora soy más exigente conmigo misma. Ahora, a la hora de ejecutar los cantes me lo pongo más difícil, a la hora de estudiar también. Por ejemplo, antes me cogía una letra y me estaba... me lo aprendía igual, igual, y ahora le doy mi aire, lo pongo de forma que yo me siento más a gusto. También he ampliado el abanico de cantes. No se para de estudiar.

--¿Cómo es un día en la vida de Celia, artista?

--Me subo a mi estudio y busco mucho. Porque es muy difícil encontrar las letras y los aires de cantaores específicos. En internet está todo, pero también es lo que hace todo el mundo. Muchos amigos me ofrecen muchos discos antiguos y voy cogiendo cositas que no están tan escuchadas. Las escucho un par de veces, tengo la idea, la voy cantando y le doy el aire que yo creo, aunque eso sí, nunca saliéndome de ese origen.

--Ahora, ¿qué cantaor/a 'de los de antes' le está marcando?

--De siempre he sentido predilección por la Paquera de Jerez, por esa voz, ese torrente, esa fuerza. También llevo a Camarón. Desde chica iba escuchando las canciones de él y me sabía todos los cantes. De hecho, ahora me he puesto a buscar en su discografía, le he investigado, le he estudiado un poco más y he encontrado maravillas que en el disco nuevo que voy a hacer, incorporaré.

--¿Cómo va ese nuevo trabajo?

--Está en marcha, estamos buscando letras, decidiendo cantes, decidiendo el personal que me va a acompañar, dónde se va a hacer... pero ya es un proyecto que camina solo.

--¿Nos adelantas algo? ¿Muchos cambios respecto al anterior?

--Van a ser todos cantes nuevos y alguno incluirá letras hechas para mí. Será un trabajo más personalizado, con muchas horas y mucho estudio detrás.

--Debe ser emocionante escuchar letras que se escriben para una misma, ¿no?

--Es muy emocionante. El autor debe ir imaginando como voy a ejecutar ese cante con esas letras originales. Yo le trazo un camino y luego él va adaptándolo.

--¿Se elige la temática de esas letras o se elige por cante?

--Se elige por cante. Yo le digo al autor: 'necesito soleá', y éste ya sabe que una soleá implica letras con dolor y tristeza. O le pido tangos; bueno pues él ya sabe que deben ser letras alegres o que relatan la vida cotidiana de Badajoz, por ejemplo.

--En su anterior disco, el primero, hay una gran variedad de temas. Al margen de la soleá de Triana que grabó en directo y que ya es imprescindible escuchar, tiene una farruca. Parece que de nuevo se vuelve a ejecutar. ¿Los cantes también se ponen 'de moda'?

--Ahora hay muchos cantaores/as que las están incorporando en sus espectáculos y aunque es un cante que está, la verdad, un poquito olvidado, ahora la gente joven empieza a apostar por él. Yo lo escogí porque tenía una serie de cantes elegidos que quería que estuvieran en el primer disco, y la farruca a mi siempre me ha gustado. Un cante que nació para el baile.

--¿Siente especial predilección por los Cantes de Trilla? En sus espectáculos los incorpora con mucha asiduidad.

--Me ha gustado abrir algunos espectáculos con los Cantes de Trilla porque creo que así se recuerda un poquito como era la vida antes, para esos espectadores más mayores... es como un homenaje a esas personas de más edad que vienen a verme. Reivindica de dónde venimos, nuestras raíces, nuestra historia.

--Ya tenemos un Centro Regional de Flamenco...

--Me llevé una gran alegría cuando lo vi. Extremadura es muy flamenca y nunca lo había tenido y si lo había tenido, no había sido muy considerado, así que, enhorabuena a los que de nuevo lo han puesto en marcha.

--Diseñas la mayoría de tu vestuario, una nace artista, para todo, ¿no?

--(Se ríe), bueno, es algo que me gusta hacer. La verdad es que depende del Festival que sea, elijo uno u otro vestuario. Si es en el Teatro Romano me hago el vestuario acorde con ese entorno, de hecho lo he hecho así. Es una forma de envolver el cante en un todo. En el Festival del Porrina de este año, me hice un traje rojo como homenaje al propio Porrina.

--¿Qué le ha enseñado su padre?

--Mi padre me lo ha enseñado absolutamente todo. La educación, el camino que debo seguir, lo vivo todo cada día con él. Fue mi maestro desde pequeña y lo cierto es que mi carrera va pareja a él. A él y a toda mi familia. De hecho, mi hermano Félix ya empieza a caminar solo en la percusión y en las palmas. Es una suerte crecer así de rodeada.

--¿Cómo se canta con el apoyo de la familia arriba y abajo del escenario?

--Nunca he estado sin ese apoyo, la verdad es que no sé que sería de mí sin él. Está claro que lo echaría de menos, porque esa base, esa protección que siente una te da, si cabe, más fuerza a la hora de ejecutar los cantes y mayor seguridad al saber que están entre el público. Yo me siento más segura.

--¿Cómo tiene la agenda Celia Romero?

--Por ahora muy bien. Ya me han salido cosas importantes para el año que viene, cosas de gran calado por su repercusión y también por todo lo que conlleva. No quiero adelantar nada pero espero que todos estéis ahí cuando me embarque en esos nuevos proyectos.

--Celia Romero, ¿a qué tiene miedo?

--A nada.

--Le hago la pregunta del anterior entrevistado Francisco Zambrano: ¿hacia dónde queremos ir?

--Queremos ir a que el flamenco cada día sea más grande, que se extienda por todo tipo de público sabiendo respetarlo y cuidarlo.