Enterrar los restos de Manuel Godoy bajo su estatua en la rotonda de Minayo, o cumplir su deseo de que le propicien el descanso eterno en un enterramiento en el convento-iglesia de La Concepción. Esa es la decisión a que deberán enfrentarse las autoridades y los familiares del llamado Príncipe de la Paz, en el caso de que España lograra la repatriación de sus restos que sigue sus trámites a través del Ministerio de Asuntos Exteriores.

El dilema se plantea a raíz de un hallazgo que puede ser histórico, al haber encontrado Pedro Castellanos Bote, delineante pacense y aficionado a la historiografía local, un documento inédito sobre Godoy en el Archivo Histórico Provincial de Badajoz. En él, además de aclarar la relación existente entre Godoy y su escudo empotrado en la fachada de la Concepción, se recoge su voluntad y de los monjes de entonces de ser enterrado en el convento del que fue patrono.

Así figura en unos documentos "en muy mal estado" hallados por Pedro Castellanos, cuyo contenido completo publicará en el próximo número de la Revista de Estudios Extremeños. "El hallazgo fue casual", explicó Castellanos a este diario. El acude con frecuencia al archivo y a finales del año pasado se topó con una matriz referida a Godoy. "Cuando lo abrí y lo leí, me di cuenta de que era desconocido hasta ahora", dijo.

Hasta la fecha se desconocía el motivo por el que el escudo del Príncipe de la Paz se halla en la fachada de la iglesia de la Concepción. La razón es que fue nombrado "patrono y protector perpetuo del convento y de la enfermería en el 1796", tomando posesión un año después, en presencia de su tío Gabriel Alvarez de Faria, deán y canónigo de la catedral, que poco después llegaría a obispo.

En los legajos figura también "la intención de los frailes de que el cuerpo de Manuel Godoy fuese enterrado en la iglesia de ese convento si fallecía en Badajoz. Claro que luego fue desterrado y murió en el exilio en el 1851, por lo que todavía permanecen sus restos en un cementerio de París" --Pére la Chaise--. Ello supone que "tanto el ayuntamiento como la demás instituciones que gestionan la traída de los restos, como también la iglesia y desde luego los descendientes de Godoy, que desconocen estos documentos, deberán replantearse el lugar de reposo más adecuado".

Castellanos señala que "él --Godoy-- siempre deseó volver a su ciudad natal, que añoraba, por eso pido que sus restos, en vez de ser colocados en la rotonda de Minayo, donde se encuentra su estatua, descansen en esta iglesia, como era costumbre en la antigüedad para los patronos de los conventos".

"A mí no me gustaría que me enterraran en una rotonda, sobre todo cuando hay un lugar digno y que figura por escrito", añadió.