Fútbol. Primera Federación

Éxtasis del Badajoz en el descuento

Francis Ferrón da el triunfo a los blanquinegros ante el Deportivo gracias a un testarazo en el último lance del juego y sale del descenso (1-0)

Los jugadores del Badajoz celebran el gol e Francis Ferrón al Deportivo de la Coruña en el tiempo de descuento.

Los jugadores del Badajoz celebran el gol e Francis Ferrón al Deportivo de la Coruña en el tiempo de descuento. / Andrés Rodríguez

Luis Rollano

Luis Rollano

1 - Badajoz: Kike Royo; Mariano, Borja García, Cordero; Calderón (min. 79, Zelu), Mancuso (min. 58, Javi Ros), Palma, Edu Sánchez (min. 71, Francis Ferrón); Alfaro, Adilson y Soto (min. 79, Pérez Acuña).

0 - Deportivo de la Coruña: Mackay; Antoñito (min. 58, Trilli), Pablo Martínez, Lapeña, Raúl Carnero; Olabe (min. 76, Kuki), Isi Gómez (min. 53, Yeremy), Rubén Díez; Quiles (min. 76, Villares), Mario Soriano y Svensson (min. 58, Gorka Santamaría).

Gol: 1-0: minuto 93, Francis Ferrón.

Árbitro: Eugenio Muñoz Piedra (Comité andaluz). Amarilla a Raúl Palma en el Badajoz y a Olabe, Villares y Rubén en el Deportivo. Expulsó con roja directa a Mario Soriano

Incidencias: Nuevo Vivero. 3.346 espectadores. El Badajoz homenajeó a los ex jugadores blanquinegros Gorka Santamaría e Isi Gómez y a los técnicos Óscar Cano y Elías Martínez.

El Nuevo Vivero se ha convertido, por méritos propios en un campo maldito para el Deportivo de la Coruña. Al mismo tiempo, el Badajoz se ha erigido como bestia negra de los gallegos tras derrotarle en las dos ocasiones en las que han visitado su feudo en el presente año (1-0). El encuentro no fue precisamente una fiesta y eso que se celebró durante un día festivo. Al Nuevo Vivero se llegó tras una decepción mayúscula de dimensión mundial tras el fiasco de España en Qatar. Eso pareció contagiarse a un enrarecido ambiente que se vivió donde los dos equipos estaban algo agarrotados en sus movimientos y muy erráticos en sus maniobras. Cuando todo parecía que iba a finalizar en tablas, un testarazo de Ferrón en el añadido llevó a la afición pacense a un apoteosis que desde luego ya no se esperaba, ya que una gran parte de la hinchada ya estaba abandonando el estadio.

Salmerón se refugió en un lustroso dibujo que se protegía con los tres centrales disponibles del equipo. Ante los problemas que arrastraba José Mas y la falta de confianza en Pérez Acuña, el técnico blanquinegro puso a volar en sus alas al joven lateral Edu Sánchez y al extremo Carlos Calderón como improvisados carrileros que tenían que oxigenar los costados al tiempo que tenían que mantener la atención en la retaguardia.

Durante el primer acto se vio más voluntad y buenas intenciones que claridad en el juego. Los locales aguantaban bien en su robusto sistema mientras que a los gallegos no les importaba contemporizar el juego. Lo más parecido a una oportunidad que tuvo el Badajoz fue una tentativa de Adilson partiendo desde la izquierda que terminó marchándose a córner. Al descanso se llegó sin que ninguno de los dos contendientes acumularan más méritos para romper la igualada.

Segunda parte

Tras el descanso, ninguno de los dos equipos se volvió loco por cambiar la situación, pero sí es cierto que se pudo ver algo diferente. En apenas quince minutos de este segundo acto se pudo ver más oportunidades que durante toda la primera mitad. Mientras que el Dépor lograba por fin poner en jaque con alguna llegada comprometedora, los de Salmerón lograron arrancar el “uy” de la grada hasta en dos ocasiones. El primero con una buena maniobra de David Soto que finalizó en las manos de Mackay. El segundo, con un fuerte testarazo de Raúl Palma tras un medido centro de Calderón desde la derecha que hizo temblar la portería del cuadro coruñés con un remate que se estrelló en el palo en la que se convirtió en la mejor opción de gol hasta ese momento.

También en este tramo inicial una vez superado el descanso se pudo escuchar una de las grandes ovaciones de la noche en el Nuevo Vivero. Curiosamente, no fue ningún jugador del Badajoz el protagonista, si no que fue el exblanquinegro Gorka Santamaría, ahora en las filas del Dépor, quien levantó al público de las butacas cuando ingresó en el terreno de juego cuando se iba a cumplir la primera jora de juego.

Expulsión

El Badajoz volvía a repetir la experiencia de hace apenas cuatro días en Salamanca. Los de Salmerón disponían nuevamente de una ventaja numérica tras la expulsión de un rival. Bien es cierto que en esta ocasión no fue en lo s primeros minutos, y llegó bien avanzada la segunda mitad, pero los blanquinegros tenían ante sí la mejor oportunidad de redimirse del sinsabor ante Unionistas. En esta ocasión no fue por una temprana doble amarilla, si no por una clara roja directa después de la acción que protagonizó el deportivista Mario Soriano ante el joven Edu Sánchez.

Con la misma trama repitiéndose en el guion del Badajoz, el técnico local decidió agitar la coctelera y movió el banquillo con un cambio de sistema incluido. Ros, Ferrón, Zelu y el más sorprendente de todos, Pérez Acuña, para volver a recomponer el dibujo al tradicional sistema de cuatro defensas. Los reemplazados fueron Mancuso, Calderón, Soto y el propio Edu Sánchez, que se fue con molestias tras la acción en la que el rival vio la roja.

El Badajoz parecía muy preocupado por no repetir el capítulo del sábado. Aunque esta vez podría comprenderse algo mejor por las circunstancias de un rival de mayor entidad y por la cantidad de minutos en los que se jugó con esa superioridad.

Una buena acción desperdiciada por Adilson parecía que era la última oportunidad del Badajoz para ganar. No obstante, de forma inesperada, Ferrón se levantó en el añadido y con un fuerte testarazo batió a Mackay desató el éxtasis en el estadio pacense que celebró el triunfo desafiando al Mérida, rival del próximo domingo.

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