El Badajoz aprobó este sábado ante el Real Unión varias de las asignaturas que tenía aún pendientes. En el triunfo en Irún (1-2), anotó por partida doble tras una elaborada jugada primero y después recurriendo a la pizarra con gran maestría, por lo que se desprendió de la losa de la sequía fuera de casa. Además, lo hizo sin tener que recurrir a los once metros, tal como había pasado en dos de los tres goles que llevaban en su casillero hasta ese momento. 

Otro de los exámenes superados fue el de sumar de tres en tres lejos del Nuevo Vivero, después de que en sus dos anteriores compromisos en Galicia habían cosechado más sensaciones que puntos. Gracias a su triunfo en tierras vascas, el equipo consigue restituir la famosa media inglesa que tanto se ha mencionado en el principio de esta temporada y permanece en las posiciones de playoff mirando de reojo un liderato que esta semana ha cambiado de manos.

Fue además una victoria que llevó consigo un bonito homenaje. El técnico Óscar Cano, se lo dedicó a dos blanquinegros ilustres fallecidos en los últimos días: Pepe Pizarro y Marco Sánchez. Sobre el segundo quiso incidir también en que «Marco nos ha dejado la enseñanza de no rendirse y pelear hasta el último minuto en situaciones complicadas». 

Sobre el encuentro en sí, Cano aludió al empate como resultado más justo para el desenlace del choque, admitiendo la superioridad del rival en la primera mitad y destacando el buen papel de los suyos en la segunda. Para resumir esta victoria, el entrenador blanquinegro admitió la fortuna de los suyos. «La suerte nos ha sonreído y la calidad nos ha acompañado», apunta.

Pero a pesar de todas las buenas noticias y las bellas dedicatorias, el preparador andaluz no ocultó su preocupación en el tramo final de su comparecencia. «Tenemos muchos problemas institucionales que ojalá que no vayan en contra del ánimo de los chavales», afirma. 

El club, que se está teniendo que enfrentar a todo tipo de problemas desde la detención e ingreso en la cárcel de su presidente Joaquín Parra el pasado verano y sigue sin mostrar noticias claras sobre un futuro en forma de venta, intenta seguir con toda la ‘normalidad’ posible. 

El técnico, que lleva todo este tiempo introduciendo a sus jugadores en una burbuja para que se abstraigan de esta situación, esta vez se mostró muy claro en su intervención. «Es una mochila que se va llenando de piedras, se acumulan meses sin percibir nóminas y no es fácil trabajar en estas condiciones», aseguró.

En ocasiones pasadas, tanto el entrenador como sus jugadores apelaron a una paciencia y comprensión que ahora mismo parece tambalearse a tenor del tono de estas declaraciones. 

En lo puramente futbolístico, el Badajoz intentará refugiarse en su afición en el importante choque de este próximo sábado ante la Cultural Leonesa (19.00 horas) tras más de 20 días sin fútbol en el estadio Nuevo Vivero.