El Badajoz se ha mostrado intenso en el cierre del mercado y en esta última jornada de inscripciones hizo oficial primero la salida de Iñigo Alayeto y posteriormente la llegada de Joan Guillem Truyols, del AEK Larnaca chipriota, donde militó cinco temporadas sumando 139 partidos (101 en Liga, 13 en Copa, 1 Supercopa y 24 en Europa) y alcanzó la cifra de 12 goles. 

Natural de Manacor y con 31 años de edad, puede desenvolverse tanto de central como de lateral, siendo el eje de la zaga su principal demarcación. Además de experiencia en la Primera chipriota, también acumula un puñado de partidos en la Primera española, a las órdenes de Juan Carlos Garrido en el Villarreal. Con el Mallorca, con el que se formó y en el que ha vivido dos etapas, también tuvo su periplo en Primera. Además ha jugado en el Murcia y fue convocado con la selección sub-20. 

La incorporación del defensa balear ha sido la segunda buena noticia que se ha llevado este miércoles la afición blanquinegra después de conocer que el club ha alcanzado la cifra de 7500 abonados. No obstante, también les ha tocado conocer una nueva menos agradable. El extremo luso Adilson Mendes, que ya se perdió el encuentro del pasado domingo, tuvo que ser atendido un día antes por una herida en la rodilla izquierda con sección del tendón del cuádriceps, precisando de una intervención quirúrgica urgente. En la actualidad, el jugador se encuentra en su domicilio, bien y ya ha iniciado una recuperación de la que no se ha concretado fecha, pero que sí que le mantendrá los próximos meses apartado de los terrenos de juego.

El próximo compromiso para los pacenses será este sábado en el Municipal de Barreiro ante el filial del Celta. Allí jugó, en calidad de cedido, la pasada campaña durante cuatro meses un Diego Barri que actualmente ha logrado convertirse en una de las bisagras del equipo. El salmantino no oculta sus ganas de volver a un sitio donde se sintió «muy cómodo» y en el que una buena racha le llevó a ser campeón del subgrupo para posteriormente disputar los playoffs de ascenso a Segunda División. 

El centrocampista considera su etapa en el club celeste como «muy positiva», ya que le ayudó a nivel mental «en estos meses pude superar el tiempo que pasé en Badajoz donde tuve pocos minutos y perdí confianza», afirma. Volver al Nuevo Vivero y poder ser una pieza clave para Cano en este inicio supone para él quitarse esa ‘espinita’ que tenía clavada. “La temporada pasada no pude demostrar lo que soy y lo que tengo y ahora puedo devolverle a la afición ese cariño, ese apoyo y ese respeto que me dio desde que llegué”, declara.

El jugador blanquinegro está siendo protagonista de una curiosa maniobra táctica de Óscar Cano en la que tiene que mimetizarse a su entorno, mutando por momentos de mediocentro defensivo a tercer central. “Siempre he estado acostumbrado a jugar de mediocentro, pero el míster da mucha variabilidad a los sistemas para que el equipo pueda ser cambiante o pueda ser proactivo”, apunta.

Barri además incide en la solidez de un bloque en el que todo el mundo trabaja por participar “En la plantilla hay mucha competencia en todos los puestos. Nadie tiene el sitio garantizado, hay jugadores de mucho nivel. Pero la competencia es buena porque nos ayuda a crecer”, concluye.