Han pasado once días desde que la Guardia Civil y Hacienda registraron las oficinas del Nuevo Vivero y la de Extrem Petrol, vinculada presuntamente a Joaquín Parra, detenido ese mismo día y en prisión desde entonces. Para muchos, esas once hojas arrancadas del calendario han sido eternas. Más que días han parecido siglos, por todo el sufrimiento e incertidumbre que vive la parroquia del Club Deportivo Badajoz desde entonces. Desde el 22 de mayo, con la histórica decepción ante el Amorebieta, cada vez el club parece poder levantarse tras besar la lona, recibe un nuevo gancho que vuelve a dejarle grogui. El golpe recibido el pasado 27 de julio ha vuelto a tumbar a un equipo que intenta volver al ring sin tener que arrojar la toalla. Y todo esto a poco más de veinte días de comenzar una competición que este año se antoja más exigente que nunca.

Con Parra fuera de juego, su hijo Álvaro es el que ha tomado las riendas. Fuentes consultadas por este periódico apuntan a que este nuevo gestor afirma que el proyecto blanquinegro sigue y que negociaría la venta del club por una cantidad que rondaría los 5 millones de euros. No obstante, las cifras podrían ir variando.

Pero el perjuicio de tener al presidente entre rejas va más allá. Y en este momento afecta a la liquidez de la entidad para afrontar los pagos a jugadores y trabajadores. Desde el propio club se incide en que el único mes que se adeuda es julio y se espera que entre la segunda y tercera semana de este mes se resuelva este problema. Al mismo tiempo, también aseguran que la AFE ya ha conversado con el Badajoz y les ha transmitido su apoyo y comprensión tras conocer la voluntad del club de subsanar los impagos.

Pero lo cierto es que cada día que pasa sin que se clarifique la situación, es un nuevo inconveniente para los del Nuevo Vivero. La sensación de ‘normalidad’ que se quiere transmitir al exterior es complicada para un entorno al que le cuesta ocultar su preocupación por la viabilidad del proyecto. Pese a ello, el club resolvió un ‘matchball’ importante con el depósito del aval que permitió su inscripción en Primera RFEF. También, desde el seno blanquinegro han negado el regreso del anterior director general, Álvaro Trigo, y afirman que Jorge Echave permanece en el cargo, algo que había sonado con fuerza en los últimos días. Con Echave o sin él. Con Trigo o sin él, el Badajoz busca certezas y soluciones que no parecen claras a corto plazo.

Cano pide refuerzos

Pero los pacenses no solo tienen frentes abiertos a nivel institucional. El inminente comienzo del curso deportivo les hace tener que estar muy pendientes también de esta parcela, y más aún cuando el técnico, Óscar Cano, aseguró tras el encuentro ante el Don Benito el pasado jueves que el equipo tenía que reforzarse. Pese a las dificultades que están atravesando, los blanquinegros se muestran optimistas y confirman que la dirección deportiva, con Dupi a la cabeza, ya está trabajando en esos movimientos.

Quedan aún varias semanas para el cierre del mercado, por lo que el Badajoz aún tiene margen para ejecutar esas operaciones. El tiempo y las circunstancias dirán si puede llevarlas o no a cabo.