Fin de fiesta. La última parada del Carnaval de Badajoz, San Roque, volvió a congregar a miles de personas para despedir cinco intensos días. La temperatura bajó y hubo que recuperar los abrigos desechados durante el fin de semana, pero pese a ello el tradicional Entierro de la Sardina fue un año más multitudinario. La polémica por el conflicto entre la asociación de vecinos y la Federación de Agrupaciones del Carnaval Pacense (Falcap) quedó en segundo plano y las comparsas, grupos menores y artefactos recorrieron la avenida Ricardo Carapeto arropadas por el público en un desfile organizado por el ayuntamiento este año. Lancelot fue la comparsa ganadora, seguida por Caribe y Umsuka Imbali. Esta última también ganó en la categoría de mejor estandarte. En la modalidad de artefactos, Pues anda que tú obtuvo el primer puesto, Los Loleros, el segundo, y Mascachapas en Arabia, el tercero.

A diferencia de otros años, los premios no se entregaron en el escenario móvil de Ricardo Carapeto, donde tampoco hubo ‘speaker’ presentando a los grupos que desfilaban, sino que se dieron junto al resto de galardones por la tarde en el paseo de San Francisco.

A San Roque muchos llegaron alargando la noche del lunes y otros con menos ojeras, pero todos dispuestos a apurar las últimas horas del Carnaval. La jornada comenzó con el tradicional reparto de migas con café junto a la sede de la asociación de vecinos, donde después se sirvieron perrunillas con anís y, al mediodía, sardinas asadas. Este año había preparados 500 kilos de pescado, 150 barras de pan y los mismos litros de vino. Ramón Olivenza, presidente de los vecinos de San Roque, aseguró que su intención era zanjar la polémica por el desfile, que está de acuerdo con que asuma el ayuntamiento, y que todo saliera lo mejor posible. La asociación fue la encargada de diseñar la sardina, para cuya fabricación utilizaron material reciclado.

El día transcurrió sin incidentes reseñables, con las barras exteriores de los bares llenas de gente para degustar las sardinas, pancetas y pinchitos, entre otros productos, y poniendo el contador a punto para esperar la llegada del próximo Carnaval.