Opinión | EL CHINERO

Subidos a Parra

Joaquín Parra, en la plaza de Reyes Católicos de Badajoz.

Joaquín Parra, en la plaza de Reyes Católicos de Badajoz. / S. GARCÍA

Cuando uno tiene poder, la vida le sonríe, los negocios funcionan (sin detallar cómo), navega en yates, llega al partido de fútbol del domingo al volante de un Bentley y además ha despertado entre los blanquinegros el sueño de llevar al equipo a jugar en Primera División, le salen amigos debajo de las piedras. Pero cuando ese triunfador cae en desgracia (merecida o no), es detenido e ingresa en la misma cárcel en la que durmió a la sombra el alcalde de Marbella, no hay piedras suficientes en Vilanova de Milfontes para esconder a tanto ingrato.

Salvo él mismo, pocos pondrían hoy la mano en el fuego por el expresidente del CD Badajoz, Joaquín Parra, flamante candidato de Juntos x Extremadura a la alcaldía pacense. Parra fue detenido el 27 de junio de 2021 tras la investigación de la Guardia Civil y el Ministerio de Hacienda por fraude fiscal, blanqueo de capitales y falsedad en documento mercantil. Muchos de los que hasta ese momento besaban el suelo por el que pisaba dijeron aquello de que ya lo sospechaban y que no era de extrañar. El entonces alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, se colgó una medalla por no haber cedido a las pretensiones del sevillano con el Nuevo Vivero. Otros tuvieron que tragarse sus palabras y las cenas compartidas y disimular silbando mirando para otro lado.

Del cielo a los infiernos por el camino más corto. Parra pasó más de un año en la cárcel por delitos económicos todavía sin juzgar. Casualidades de la vida, de la política, ahora es cuando se hace pública la calificación del fiscal de las presuntas maldades cometidas por Parra. Pide 15 años de cárcel y multas por valor de 45 millones de euros. El escrito de la Fiscalía de Málaga data de diciembre del año pasado y, casualidades de la política, se conoce en plena campaña electoral. Porque a todo esto, Parra pretende sumar a su currículo la alcaldía de Badajoz. Juntos por Extremadura andaba buscando candidato y el expresidente del CD Badajoz andaba buscando partido. En el camino se encontraron. Ha sido un noviazgo corto. Juntos por Extremadura no quiso presentar a su cabeza de lista públicamente hasta que no se hizo oficial en el Boletín de la Provincia. Apuró el plazo. Ni siquiera el día anterior, cuando la lista de aspirantes estaba en la imprenta, confirmaron que Parra era su hombre. Como si se avergonzasen.

Parra se hace la campaña él solito y de paso, se la hace a ese partido que tiene por lema la defensa de los intereses regionales y locales sin las ataduras de unas siglas nacionales. Sin programa, sobre la marcha, al de Dos Hermanas le va el populismo y cuenta con que al menos los futboleros lo apoyen. No en vano la encuesta encargada por este diario le da un concejal. Un concejal que podría ser decisivo para forjar mayorías. Que salga ahora la calificación del fiscal lleva a sospechar que a alguien le salen mal las cuentas y quiere llevarse una. Quitarse a uno, mejor dicho. Que el fiscal lo tenga claro no quiere decir que el juez coincida con su análisis. No sería el primer presunto ni el último que tras un informe demoledor de la fiscalía se va de rositas. Porque le disguste a quien le disguste, en este país existe la presunción de inocencia hasta que se demuestre lo contrario y lo contrario sería una sentencia condenatoria que todavía no existe. Al excandidato de Vox que encabeza la lista de un partido con nombre de cerveza, Alejandro Vélez, le parece que no debe ser este el criterio y que Parra está tardando en abandonar la carrera a la alcaldía. Precisamente Vélez, que guarda en su archivo de errores sendas condenas por daños y lesiones a un vecino. Si Parra fuese condenado y se cumpliesen los pronósticos de la encuesta, Juntos por Extremadura tendría que reemplazarlo en el ayuntamiento. Menuda jaqueca para un partido que no ha presentado públicamente al resto de la candidatura. A sabiendas de que había un proceso judicial abierto se subieron a Parra, sin calcular que si cae no habrá red de seguridad que amortigüe la caída.

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