Opinión | disidencias

Pronósticos

Desde la ceremonia que realiza cada dos de febrero la marmota Phil -pronosticador de pronosticadores- en Punxsutawney, estado de Pensilvania, no se conoce actividad predictiva que asuma mayor riesgo en el mundo, a excepción de los sondeos electorales. Como parte importante en esa comedia que escenifican partidos y medios en toda campaña, rozar, siquiera, un pleno electoral, solo está al alcance de los dioses o de los tramposos. El voto es tan sagrado, tan íntimo, tan complejo, que puede que algunos confiesen antes las páginas pornográficas que visitan en internet que su elegido en las urnas. No puedes fiarte de nadie. Hay maridos o esposas que no saben a quiénes votan sus cónyuges. Ante la inminencia de las elecciones municipales donde, en Badajoz, se presentan hasta diez candidaturas, estas son mis reflexiones sobre sondeos electorales: 1. Estudiar bien la ficha técnica. No es lo mismo, especialmente en fiabilidad, una encuesta personal que por teléfono o por internet. Observar la herramienta empleada, las preguntas, el universo (para un censo electoral de Badajoz, muy cercano a los 120 mil votantes, una encuesta representativa debe realizarse entre 800 y 1.200 personas; dicen los expertos que, en Soria, por ejemplo, para un censo de 88.747 personas, una encuesta con cierta confianza sería entrevistar a 383 personas), la empresa (que sea de experiencia contrastada y cuidado con las que están tiradas de precio) y el margen de error, nunca superior al 5%. 2. Las encuestas, con toda la incertidumbre que acarrean, son un goloso contenido informativo y, al mediatizarse, pueden condicionar el sentido del voto, situar en el escenario el voto oculto y promover los efectos Bandwagon -las personas se unen a las posiciones dominantes, la esperanza de ganar- o Underdog -se alinean con el que se supone perdedor-.3. La “cocina” de una encuesta siempre favorece a quien la encarga y paga y, si se trata de un medio de comunicación, no olvidar que estos también tienen sus preferencias electorales. Hay que poner en cuarentena todos los sondeos, sean o no favorables. No es una ciencia exacta. 4. Las encuestas dan datos, pero en política existe el olfato, muy relacionado a la piel social, al clima social que nuestra piel detecta y percibe. Un olfato, tan poco fiable como una encuesta, pero tan sutil, a veces, en sus pronósticos. 5. Diez candidaturas son muchas, demasiadas, y, por tanto, un reparto de escaños, a través de una encuesta, puede resultar complejo. No olvidar que a Unidas Podemos un solo concejal le costó 3.882 votos en 2019. Sucederá que todos recibirán votos, pero muchos serán votos inservibles (el umbral del 5% es una losa) en detrimento de las dos formaciones mayoritarias. He acudido a una herramienta de inteligencia artificial, le he proporcionado los datos apropiados y me ha ofrecido un pronóstico tan fiable como cualquier encuesta de las que se realiza en estos días. Pero no deseo condicionarles, aunque les aviso que en el Ayuntamiento de Badajoz solo habrá representación de tres fuerzas políticas. No lo digo yo, sino la IA.