Con escasa repercusión mediática esta semana se ha celebrado en Lanzarote la XXXIV Cumbre Ibérica. Este año se ha adelantado con motivo de las elecciones y la presidencia española de la UE. Aunque apenas han transcurrido cinco meses desde la última, el 4 de noviembre en Viana do Castelo, la agenda de memorándum y acuerdos ha sido intensa, con un gran enfoque a las relaciones transfronterizas, al Atlántico y a Iberoamérica, y sobre todo coordinar políticas ante Europa con el horizonte de la presidencia española en el segundo semestre.

Me ha llamado la atención la rotunda declaración del presidente del Gobierno portugués, Antonio Costa, que en el año próximo 2024 entrará en funcionamiento la nueva línea ferroviaria entre Lisboa y Badajoz con un tiempo estimado de una hora y cincuenta minutos. La he escuchado tres veces para confirmar lo que oía. No es que fuese una novedad este compromiso, pero me ha parecido mentira que ya estuviese encima. He recorrido decenas de veces la carretera entre Elvas, Alandroal, Redondo y Évora viendo la marcha de las obras de la nueva, y de momento única en Portugal, línea de alta velocidad. Observaba que el último tramo entre Alandroal y la frontera de Caya las obras iban lentas, especialmente el puente que atraviesa la autovía antes de llegar a Elvas. Pero llegando a Évora sorprendía el rápido avance de construcción de la plataforma, la colocación de las vías y de las catenarias. Recomiendo ir a ver cómo avanzan estas magníficas obras de ingeniería. Parecía que nunca llegaría, pero se acerca el final, y aunque falte el tramo de alta velocidad entre Évora y Lisboa el salto cuantitativo y cualitativo es extraordinario. Una vez más nos llega antes la conexión electrificada con Lisboa que con Madrid.

Soy muy consciente que es posible que el Presidente Costa se haya precipitado y ha podido ser demasiado optimista y que no entre en uso hasta el 2025. El Gobierno de España ha reiterado su compromiso que en el segundo semestre de este año entrará en funcionamiento la electrificación entre Badajoz y Plasencia. Sea así o no, todo hace pensar que en 2025 estará completamente electrificada la línea transfronteriza entre Lisboa y Plasencia. Y también debería ser razonable pensar que en 2026 podría estar electrificada la línea desde Plasencia a Madrid y desde Mérida a Puertollano, aunque de esto hay menos certezas. Pero lo que no es razonable ni podemos aceptar, es que a estas alturas no se hagan todas las tareas pendientes para que la línea de alta velocidad entre Badajoz y Madrid no esté terminada y en uso en 2030. Eso hoy es posible hoy, pero si se siguen retrasando las decisiones de la provincia de Toledo, ni en el 2030 ni nunca. Y eso no lo podemos permitir. Si lo permitimos seremos cómplices de este desaguisado.