Quién iba a pensar que la elección de un día festivo local daría tanto que hablar. Eso está bien. Confrontar ideas, expresar opiniones y debatir propuestas siempre es enriquecedor. Cada ayuntamiento tiene la potestad de designar anualmente dos festivos locales. En Badajoz eran el de San Juan, el 24 de junio, cuando la ciudad celebra su feria, y el martes de Carnaval, en beneficio de la fiesta que este año ha sido declarada de Interés Turístico Internacional. Es una decisión anual y estas dos fechas se han mantenido los últimos años. Mira por dónde la Junta de Extremadura ha decidido ahora que en 2023 sea festivo en toda la comunidad autónoma el martes de Carnaval, un acuerdo que redundará sin duda en una mayor afluencia y participación de ciudadanos de otras localidades en el Carnaval pacense, pues estarán exentos de tener que trabajar ese día y podrán acudir desde la víspera a engrandecer esta fiesta que ha sobrepasado con creces los límites del municipio. A Badajoz le viene de perlas que el martes de Carnaval no sea laborable en toda la región.

Siendo así, ha habido que replantearse y decidir otro festivo local. En un primer momento, el alcalde. Ignacio Gragera, barajó cuatro opciones: el lunes de Carnaval para formar un macropuente, el día de San José (el 19 de marzo se celebra además el Día de Badajoz por la conquista cristiana en 1230), la festividad de la Virgen de la Soledad el 15 de septiembre o con motivo de la romería de la Virgen de Bótoa, copatrona de Badajoz, que siempre se celebra el primer domingo de mayo. La Hermandad de Bótoa ni siquiera lo solicitó, aunque tampoco le vendría mal, pues el lunes festivo alargaría la celebración del domingo. Los afines a la Soledad tampoco han alzado la voz.

El debate se ciñó a la elección entre el 19 de marzo o Carnaval. La segunda propuesta parecía ganar puntos. Todos los grupos políticos con representación municipal la defendían. La oposición, a capa y espada. PP, sin dudas aparentes. Ciudadanos no decía que no. Pero hele ahí que el exconcejal de Vox y ahora no adscrito, Alejandro Vélez, tenía clarísimo su apoyo al 19 de marzo. Fue su grupo, cuando aún era de Vox, el que llevó a pleno una moción para declarar esta fecha como Día de Badajoz y este año se ha celebrado por primera vez con un acto institucional en las Casas Consistoriales. Vélez lo tiene muy claro. En esta cuestión parecía que su postura sería la excepción y que ganaría la propuesta del Carnaval, pues era la mayoritaria en la corporación municipal. El portavoz, Cavacasillas, la había defendido, si bien, dos días después su compañero de grupo, el popular Yayo Buzo, dejó la puerta abierta a que no estaría mal hacer festivo el día de San José, dado que en marzo hay muchos «días productivos». Así se denominan. Demasiados al parecer. Y eso no está bien. A nadie le amarga un fin de semana largo. Gragera no se decantó por ninguna fecha por aquello de quedar bien con todo el mundo, como acostumbra, que no están sus respaldos como para andar dividiendo apoyos. Por mucho que la mayoría del equipo de gobierno se decantase por el festivo en Carnaval y que la oposición al completo apoyase esta opción, finalmente ha ganado Vélez, que para eso es dueño del voto que desequilibra la balanza. En 2023 será festivo un día que ya lo era, pues San José cae en domingo y se pasará al lunes. Es el patrón oficial de Badajoz, aunque Badajoz no lo celebra, mientras que el lunes de Carnaval sí es en la práctica un día inhábil en la ciudad, pues los carnavaleros, que se cuentan por miles, suelen pedir permiso para no trabajar esa jornada, en la que además se suspenden las clases lectivas. Que serían demasiados festivos seguidos no es una razón convincente. En Semana Santa los hay y no vienen mal, al contrario. Tampoco la decisión se sostiene en el consenso, a la vista de los pareceres previos. Otros motivos habrá. Los festivos no se publica en papel La Crónica de Badajoz y sus fieles lectores la echarían en falta. Eso es. Razón de sobra.