Se escuchan comentarios sobre el tren que habrá en Extremadura el mes que viene que no hacen más que aumentar la confusión, y con ello la frustración. Me permitirán que haga algunos comentarios de aclaración, que no por obvios para muchos, dejan de ser necesarios. Extremadura no tiene ni un metro de vía electrificada ni trayectos significativos de doble vía. El sistema de seguridad y gestión de tráfico hasta el pasado otoño era el denominado Bloqueo Telefónico, más propio del siglo XIX que del XXI, y la UE había ordenado que debía cambiarse ya. Desde el otoño pasado funciona un nuevo sistema automático, de señalización y seguridad entre Plasencia y Madrid, que todavía no está fino del todo. La situación la conocemos. El mejor tiempo del trayecto desde Badajoz a Madrid en la actualidad es de 5 horas. A pesar de algunas mejoras recientes lo podemos seguir calificando de impresentable, indigno, muy deficiente, o como cada uno lo quiera llamar.

No vamos a insistir sobre las múltiples y reiteradas promesas de la Línea de Alta Velocidad entre Lisboa y Madrid, que se prometió en el 2003 y que conectaría Lisboa con Madrid por Caya en 2 horas 45 minutos en el 2010. Tiempos equiparables a los conocidos como AVE de Madrid a Sevilla, Málaga o Barcelona. Tras diferentes cambios y retrasos en las obras la situación actual es que las plataformas con las vías ya concluidas de la futura Línea de Alta Velocidad, que no son todas, entre Plasencia y Badajoz van a entrar en funcionamiento con un tren que denominan de altas prestaciones. Se estima que el trayecto entre Badajoz y Madrid tardará unas 4 horas y 15 minutos (45 minutos menos que el actual) y con mejores condiciones de seguridad y calidad de servicio. Previsiblemente a principios del año que viene entrará en funcionamiento entre Plasencia a Badajoz la electrificación, lo que permitirá, con otras mejoras previstas, reducir casi en 15 minutos más el tiempo total. No podemos negar que esto es una gran mejora. Nos permite un salto en el tiempo y en la calidad y la fiabilidad. No debemos minusvalorarlo, pero eso ni es Alta Velocidad ni es el tren que demandábamos o con el que debemos conformarnos. Es simplemente el tren que podemos tener en estos momentos y con el que se inicia un cambio que no debe parar hasta que termine reduciéndose a las 2 horas y media desde Badajoz a Madrid.

Habrá que disfrutarlo, usarlo, y aprovecharlo al máximo, pero en modo alguno estar satisfechos y conformarnos con lo que habrá. Tenemos que exigir que no haya nuevos retrasos en la puesta en marcha, que el servicio continúe hasta Lisboa, que se aceleren las obras en ejecución, y se desbloquee la situación de indefinición del trayecto en la provincia de Toledo. Tenemos que mantener un objetivo realista para que esté terminado en el 2028. Es solo un primer paso de un largo camino.