La Crónica de Badajoz

La Crónica de Badajoz

Fernando Valdés

la atalaya

Fernando Valdés

Dinastías (V)

En épocas ya pretéritas se pensó que toda, o casi toda, la construcción de la aljama de Córdoba se había llevado a cabo con materiales constructivos –fustes, capiteles, basas, cimacios, etc.- reaprovechados de monumentos de época tardoantigua, por la incapacidad de los conquistadores para el arte. Se partía de presupuestos muy nacionalistas –muy racistas- y se consideraba a los árabes como a una especie de seres semisalvajes solo civilizados, a medias, gracias a la influencia de sus esposas. Todas ellas indígenas peninsulares, romanas y cristianas. Pero todo eso son fábulas propias del período de las guerras coloniales en Marruecos. La realidad fue otra muy distinta. Ya en el mundo romano tardío era muy habitual desmembrar los edificios paganos para emplear sus partes en nuevas fundaciones. No solo por reutilizar sus elementos como material de construcción sino, sobre todo, como señal de dominio y de legitimidad frente al orden anterior. Los monarcas musulmanes hicieron lo propio, por la misma necesidad de demostrar su superioridad sobre los vencidos y su derecho de apropiarse del patrimonio de sus predecesores. En nuestro caso eran visigodos, pero también grandes propietarios de origen romano. Por eso, el primero de los abderramanes edificó aquel primer oratorio del modo descrito. Con ello hacía patente su victoria sobre los hispanos –de Hispania- y obligaba a sus correligionarios a prestar acatamiento, yendo al rezo del viernes a mediodía.

Fue el primer síntoma de que los omeyas occidentales habían mudado la política de sus antepasados sirios. Incluso orientando la nueva fundación de forma canónica, o sea, hacia La Meca, pero ni del modo más exacto posible ni, definitivamente, hacia Sur, como pretendían algunos tratadistas. Es probable que se viese condicionada por una obra anterior, enterrada ahora y desconocida por nosotros. La basílica de San Vicente, mencionada por los textos, no ha aparecido nunca, por ahora, pero el complejo episcopal que la rodeaba marcó una tendencia arquitectónica –y cultural- que duró siglos. Un proceso análogo se desarrollaría en la región occidental de Al-Ándalus, parte de la cual era la actual Extremadura, pero con matices y en un tono diferente.

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