La Orquesta de Extremadura (Oex) presentaba de nuevo un concierto con otro excelente pianista. La tarde del jueves de la semana pasada, en el auditorio del Palacio de Congresos de Badajoz (que, al igual que los de Cáceres, Mérida, Plasencia y Villanueva de la Serena, debería denominarse, tal vez con mayor propiedad, palacio de Conciertos) se ofrecía un atractivo programa integrado por obras de dos compositores rusos del siglo XIX: Rachmaninov y Tchaikovski. En sus palabras iniciales el director de la Oex, Andrés Salado, comentaba lo absurdo de que en algunos países se esté prohibiendo la interpretación de obras de autores rusos, como represalia por la invasión que sufre actualmente Ucrania. 

El Concierto para Piano y orquesta número 2 de Rachmaninov era interpretado como solista por Josu de Solaun, quien, avalado por un impresionante historial artístico, mostró una extraordinaria agilidad, con delicados matices y acusadas dotes virtuosísticas, sobre todo en la fermata del adagio. Fue muy aplaudido. En la segunda parte, la Oex abordó con excelente conjunción y sonoridad la Sinfonía nº 5 de Tchaikovski. 

En el teatro López de Ayala tenía lugar a primera hora de la tarde del jueves un singular e inédito espectáculo, promovido por el Conservatorio Superior de Música Bonifacio Gil de la Diputación de Badajoz, a través del Programa Arte en Escena, de la Fundación Yehudi Menuhin España. El repertorio estaba basado en la obra ‘Cuadros de una Exposición’ de Mussorgsky, inspirada en las pinturas de Víktor Hartmann, con la saxofonista Sara Guzmán y la pianista Irene Domingo y la dirección escénica del coreógrafo Pedro Cruz. Participó un amplio elenco de instrumentistas así como de la Escuela Municipal de Danza de Montijo y de la Escuela de Ballet de Almendralejo. 

Este magnífico espectáculo artístico ya fue representado en Elvas como intercambio cultural dentro del proyecto Eurociudad y también se llevará a cabo el día 24 de abril en el Nuevo Teatro Calderón de Montijo.