Las ciudades son fruto de décadas y siglos anteriores. A lo largo de los años se generan las condiciones que permiten a una ciudad ser como es en un momento concreto. Unas veces provocadas por decisiones propias y otras, por ajenas. Unos son meros sujetos pasivos y otros tienen mayores protagonismos en el discurrir de las cosas. Por mucha responsabilidad, capacidad y liderazgo que se tenga, es muy difícil transformar una ciudad de manera artificial o voluntarista en unos pocos años. El dinamismo de una ciudad requiere décadas. Este año que empezamos, como todos, pasarán muchas cosas en Badajoz. Unas se iniciarán, otras continuarán sus lentos procesos y verán un día sus frutos, y otras seguirán hibernando hasta encontrar nuevos impulsos.

Pero creo que en este año 2022 deberán ocurrir cosas que juntas pueden tener un efecto multiplicador de gran impacto. Cosas que llevan años preparándose y que requieren una gestión eficaz para que realmente ocurran de una vez. Las resumiré en cinco áreas. La primera, el recinto amurallado. Tenemos por delante actuaciones de la calle Stadium y otras en la Alcazaba. Sería injustificable que no estuviesen en marcha este año.

La segunda, la revitalización del Casco Antiguo. No sería entendible que no empezasen las obras de urbanización de El Campillo, el nuevo edificio de la Fundación CB y las reformas urbanísticas entre las calles Chapín, Luis de Morales y Encarnación, entre otras anunciadas.

La tercera, la plataforma fogística. Esperamos ver concluidas y puestas en marcha las instalaciones de Amazon, en funcionamiento la terminal ferroviaria de mercancías, confirmado el proyecto de la fábrica de baterías de Phi4Tech y muy avanzadas las obras de finalización de la primera fase de la plataforma. Esperamos que se confirme la implantación de otras empresas y muy especialmente la fábrica de baterías de Volkswagen, que merece la pena lucharla. Esta sería la mejor noticia del año.

La cuarta, el ferrocarril. No sería aceptable que en junio no estuviesen ya funcionando las nuevas infraestructuras ferroviarias entre Plasencia y Badajoz con nuevos servicios más eficaces. Esto debería completarse con el servicio completo entre Lisboa y Madrid.

La quinta, el río Guadiana. Solucionar de manera contundente el problema del nenúfar mexicano con las actuaciones previstas en el azud y el dragado del río en su tramo urbano. Y avanzar en los consensos necesarios para abordar el proyecto de navegabilidad del Guadiana desde Badajoz a Alqueva.

Muchas otras cosas van a ocurrir, pero estas por sí solas y juntas pueden provocar grandes cambios y harán que otras muchas ocurran. Es necesario conciliar muchas voluntades. A final de 2022 lo veremos. El año pasa muy rápido.