Los especialistas y los aficionados a la Historia de Batalyaws se han referido pocas veces, menos de las debidas, a un personaje tan capital para ella como para todo Al-Ándalus: el emir, después califa, Abd al-Rahman III. Criado por su abuelo,AbdAllah, quien había mandado ejecutar a su padre por rebelde, ocupó la máxima autoridad en Qurtuba desde que era apenas un adolescente. Y hubo de enfrentarsea la titánica tarea de recomponer la autoridad de los omeyas andalusíes, metiendo en vereda a la práctica totalidad de los poderes regionales. Fue una auténtica reconquista. No es de extrañar que el jovencísimo monarca se pasase los primeros veinte años de su reinado batallando. Según afirma el historiador IbnHayyan ese inacabable proceso, a caballo, acabó por dejarlo algo zambo. Uno de los territorios más difíciles de someter fue la llamada Marca Inferior, la región administrativamente dependiente de Marida, primero, y de Batalyaws. La famosa estirpe de los Yilliquíes (= los Lusitanos), sometidos en apariencia a la dinastía reinante, no desperdiciaba oportunidad para amotinarse. Cosas de dinero. Los cordobeses lo habían intentado todo e, incluso, habían puesto en práctica el procedimiento del doble gobernador, muy usado después por el propio Abd al-Rahman en otras circunscripciones territoriales. Al todavía emir le costó mucho trabajo, tiempo y, se supone, recursos someter la región, pero finalmente concluyó la labor en 929. Paradójicamente, el año en que se proclamó califa, a falta dominarTulaytula. Siempre se afirma que fue al tomar Bobastro, la sede del rebelde IbnHafsun, cuando decidió titularse Príncipe de los Creyentes, pero, para ser sinceros y sin desterrar de plano ese lugar común, a mí me parecen igualmente significativas las conquistas de las dos plazas de la actual Extremadura. Mucho más simbólicas en sentido político y militar, no tanto religioso.

¿A que nadie propone al concejal del ramo dedicarle una estatua al primer califa de Córdoba? Tuvo tanto o más mérito que Alfonso IX y carece de calle.¡A ver esos patriotas! Tan extranjero era el uno como el otro, pero el primero colocó la ciudad en el mapa y en la modernidad medieval, el segundo… no lo tengo tan claro.