Fragoso ha dejado la alcaldía tras ocho años al frente del Ayuntamiento de Badajoz. No es posible en esta columna hacer un balance detallado de esta etapa, pero sí procede una valoración general. No pueden evitarse en la valoración las posiciones ideológicas o partidarias, las expectativas, las emociones personales, cómo le haya ido a cada uno en este tiempo o con qué se compare. Con todos estos condicionantes yo hago una valoración positiva de estos ocho años. Deja una ciudad mejor de la que se encontró como alcalde, de la que ya era en gran parte responsable. Creo que deja un buen legado que hay que continuar. No tenía fácil ser el sucesor de Miguel Celdrán, que creo ha sido el mejor alcalde que ha tenido la ciudad en muchas décadas. No era fácil por la personalidad de Miguel Celdrán, ni por el trabajo desarrollado en sus años, en los que se encontró la ciudad en quiebra y sin expectativas y tras 20 años y cinco mayorías absolutas, consiguió darle un gran cambio. Tanto en la solvencia financiera del ayuntamiento como en las expectativas de la ciudad Fragoso fue uno de los principales artífices de la etapa anterior. Pero ni los tiempos son comparables ni Fragoso es Celdrán, ni en personalidad, ni en la gestión de situaciones complejas, ni en la capacidad de comunicación ni en construir equipos. Inevitablemente sus amigos y sus enemigos, y él mismo, han tenido en las referencias con Celdrán su principal escollo. Y sus enemigos vieron los ‘talones de Aquiles’ para los ataques, en algunos casos excesivos y muy alejados de unas buenas prácticas democráticas.

Pero aun siendo Fragoso el principal soporte de la era Celdrán, ha sabido dar un giro a las tendencias de la ciudad. Cuando él asume la alcaldía, la ciudad y la sociedad en general estaban en plena crisis económica y con bajas expectativas, varios de los grandes proyectos estaban bloqueados y amplias capas de la población pasando momentos muy difíciles. La entrega ocho años después con muchos proyectos desbloqueados y en marcha y saliendo de una pandemia en la que la ciudad ha sabido, junto a los responsables sanitarios regionales, afrontar con cierto nivel de éxito. Su etapa comenzó en plena crisis económica y ha terminado con otra crisis sanitaria y económica, pero con expectativas muy diferentes y con proyectos para poder aprovechar las oportunidades de los próximos años. Y algo que pasa desapercibido para muchos o incluso puede serles despreciable, cumpliendo sus compromisos políticos y la palabra dada. No tengo la intención de entrar en detalles de los proyectos, lo haré en próximas columnas, pero creo que en estos momentos de transición en la alcaldía correspondía un balance general y agradecer la labor desarrollada. Aceptando que cada uno tenga sus sentimientos y emociones inevitables, mi sensación es que en unos momentos en los que unas ciudades avanzan y otras están en declive, Badajoz con Fragoso al frente ha sabido ir para adelante y abrir nuevas e interesantes expectativas y oportunidades. Que continúe esta labor.