Estos días ha salido en los medios de comunicación un viejo proyecto que comenzó a fraguarse

en la Económica de Amigos del País en las Jornadas del Guadiana del año 2002 y que el alcalde de Badajoz ha presentado al presidente de la Junta de Extremadura. En ese año se inauguró la presa de Alqueva, y entonces esa actuación no era más que el inicio de una inmensa transformación del Alentejo que llevaba más de 130 años planificada en los planes de desarrollo de Portugal. En 1957 se plasmó en un proyecto concreto que identificaba los terrenos españoles que ocuparía y en 1968 se firma un convenio con España que otorgaba a Portugal el derecho a realizar la presa y el aprovechamiento de sus frutos. Por fin en el año 1975 comenzó a construirse, parándose en 1978, y reanudándose las obras en 1998 para concluirlas en el 2002. Ese año muchos expertos preveían que tardaría más de 10 años en llenarse, y apenas dos años después ya estaba casi en su cota máxima llegando su cola al término municipal de Badajoz. Tenía múltiples aprovechamientos y objetivos, especialmente agroalimentario, energético y turístico. El agroalimentario y energético ha tenido un extraordinario desarrollo, y todavía tiene mucho recorrido por delante, en el turístico los grandes proyectos se vieron frustrados por la crisis del 2008, que en Portugal llegó antes, y emergió una nueva utilidad con mucha más fuerza de la prevista que fue la medioambiental, creándose un humedal que ha ido generando gran riqueza y biodiversidad, como ya ocurrió con anterioridad con al azud de Badajoz que generó una zona ZEPA urbana de las más interesantes de España. Como casi siempre se creó una disociación entre calidad medioambiental y calidad y uso social, económico y poblacional, en este caso en la zona del Guadiana Internacional.

Ese proyecto se ha difundido con el nombre de navegabilidad del Guadiana de Badajoz hasta Alqueva, pero en realidad es la conectividad del ecosistema de Alqueva, protegido bajo la Red Natura 2000 como el Guadiana Internacional con la ZEPA del azud de Badajoz consiguiendo compatibilizar el desarrollo y uso humano en la zona, con la potenciación de la biodiversidad y la riqueza medioambiental. El proyecto tiene como actuación con mayor relevancia la construcción de un azud entre Puente Ayuda y Juromenha /Vilareal de Olivenza, garantizando la cota de Alqueva que permita mantener una plancha de agua estable hasta su cola, eliminado cuatro antiguos saltos de agua que dificulta su continuidad y sostenibilidad. En los tramos superiores hasta Badajoz habría que construir cuatro esclusas en las presas de otros azudes y estaciones de aforos ya existentes con antelación, por lo que no solo apenas afecta a la morfología del río, sino que lo enriquece y le da estabilidad al ecosistema y puede facilitar el movimiento de la fauna además de poder generar elementos que dificulten la propagación de plantas invasoras. La compatibilidad de la navegabilidad con otros espacios protegidos como el Tajo y Duero Internacional o Monfragüe está más que demostrada. El proyecto puede tener grandes beneficios medioambientales, económicos y sociales que garanticen y potencien la sostenibilidad del territorio afectado. Ahora puede haber una gran oportunidad con los anunciados fondos europeos, pero hay que moverse con gran rapidez. Esperemos que todos estemos al nivel que requieren las circunstancias.